Athletic Club, ¡qué sufrimiento!

El Athletic Club no termina de encontrarse. El cuadro de Ernesto Valverde está sufriendo mucho más de lo esperado para mostrar su mejor versión y ve como algunos partidos que, al menos a priori, deberían resultarle sencillos a tenor de la calidad de sus piezas, se terminan enquistando e incluso es necesario tirar de una épica que debería reservarse para ocasiones más especiales.

Recibía hoy el equipo vasco en San Mamés al Qarabag y si echábamos un vistazo a la clasificación parecía que los dos conjuntos se habían intercambiado los papeles, pues mientras los visitantes aterrizaban en Bilbao después de dos victorias en los dos primeros partidos, los rojiblancos todavía no habían sido capaces de sumar ni un solo punto en el mismo número de envites.

El choque se presentaba, por tanto, como una auténtica reválida para un Athletic Club que se encontraba en la necesidad de sumar su primera victoria para seguir aferrándose a la posibilidad de estar presente en la siguiente ronda de la máxima competición continental.

El Athletic, obligado a remontar

Sin embargo, las cosas no comenzaron como cabría esperar. Y es que el Qarabag se adelantaba en el marcador cuando todavía no se había cumplido el primer minuto y ponía todo patas arriba. Llegaban la tensión, las prisas y reaparecían viejos fantasmas, aunque el paso de los minutos dio paso a un Athletic que se volcaba en oleadas sobre la meta rival.

Llegó el 1-1 de Guruzeta a falta de cinco minutos para el descanso y fue así como acabó el primer tiempo, si bien el resultado tendría que haber sido mucho más favorable para la escuadra de Valverde a tenor de los méritos acumulados y las constantes llegadas sobre el área rival. Parecía, por tanto, que el segundo tanto local era sólo cuestión de tiempo y la balanza se inclinaría en la segunda mitad.

El segundo gol terminó celebrándose. La victoria también. Y tres puntos que valen oro para lo que viene por delante. Sin embargo, hubo que esperar hasta el minuto 70 para que Robert Navarro se sacara una genialidad de la chistera y colara un golazo por la escuadra de Kochalski (2-1). Fue a partir de ese momento cuando los locales se centraron en bajar las revoluciones al envite e incluso se llevaron algún susto que no pasó del ¡uy! de la afición visitante. Sin embargo Guruzeta dejaba todo visto para sentencia con el 3-1 casi sobre la bocina con una brillante volea desde fuera del área.

No hay duda que el Athletic deberá mejorar mucho sus prestaciones en los próximos meses si quiere seguir avanzando en una competición que no permite ni el más mínimo fallo y en la que un despiste sale muy caro. Hoy es día para disfrutar, mañana será el momento para analizar y ver qué mejorar.