Titular en Getafe y goleador en la segunda parte ante el Ferencváros, el joven canario se abre paso en el primer equipo.
Probablemente estemos ante una temporada de transición en el FC Barcelona a todos los niveles. Un curso marcado por la pandemia, la crisis económica, un cambio de junta directiva en el horizonte y la sospecha de que puede ser el último con un Lionel Messi que acaba contrato. Ingredientes complicados de cocinar para Ronald Koeman.
Pero el holandés, más allá de lo que consiga o no finalmente, sí ha cumplido hasta ahora con su labor. Rejuvenecer al equipo y de hecho se ha atrevido a dar la alternativa a los jóvenes, con Pedri ahora mismo como principal exponente, pues Ansu Fati ya no es una sorpresa.
Magia e ilusión
El canario deslumbraba la temporada pasada en la UD Las Palmas, pero dar tan rápido a la élite es otro mundo. Y desde luego está cumpliendo. Realizó un buen partido en Getafe pese a la derrota, con ese pase a Antoine Griezmann que el francés no supo aprovechar. Y ante el Ferencváros marcó a pase de Ousmane Dembélé.
Tiene apenas 17 años pero aparte de ser un jugador polivalente y con técnica, cuenta con una gran capacidad asociativa y mucha visión de juego. Un fichaje interesante y de futuro para los azulgranas de cara al futuro, una apuesta que parece muy buena.
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