Athletic Club | La silenciosa consagración de Yeray Álvarez

"No solo hay que serlo, sino parecerlo". Este ya viejo tópico podría aplicarse sin lugar a dudas a uno de los actuales líderes del Athletic Club, el central Yeray Álvarez. El vizcaíno, de 27 años, está completando una fantástica temporada, pero por motivos que resultan difíciles de comprender su fama más allá de San Mamés se mantiene en un nivel más bien bajo.

Anoche, ante el Villarreal, el zaguero volvió a completar un partido soberbio, pero en casi ningún medio se hace alusión a ello. Tampoco el seleccionador de España, el asturiano Luis Enrique, parece muy al tanto, ya que en su prelista para el Mundial de Catar parece haber hueco para jugadores con un rendimiento tan discutible como el de Gerard Piqué, pero no para un futbolista que viene destacando por su solvencia y regularidad.

Situación más que asumida

Seguramente, a este extraño fenómeno contribuye en gran medida la sencillez y el carácter templado que el futbolista exhibe tanto dentro como fuera del campo. De hecho, hace unos días, el bilbaíno ya dejó claro que no andaba muy preocupado por esta situación. "Me veo más en prensa cuando sale algo de Íñigo (Martínez) y del Barça que por lo bien que he podido jugar un partido. No le doy demasiada importancia, mientras me sienta valorado yo mismo creo que me vale", reconoció.

Dejando a un lado el asunto de la repercusión, lo que queda claro es que Yeray es, ahora mismo, uno de los centrales más en forma de la Liga. Desde que apareció en la primera plantilla, el defensa ha destacado por su capacidad de anticipación, su habilidad para robar balones y su inteligencia para tapar huecos, unas cualidades que este curso se han visto potenciadas por una clara mejora en su concentración y por la necesidad de dar un paso al frente ante las dudas que venía generando el futuro de Iñigo Martínez. Lejos de pesarle, la presión ha sido un trampolín.

De las capacidades del jugador también habla, alto y claro, el hecho de que los sucesivos técnicos que ha tenido el cuadro vasco en estos últimos años siempre han confiado en él. Ni Unai Núñez, primero, ni ahora el emergente Dani Vivian han conseguido desalojarle de los onces iniciales. Los ya 184 partidos que acumula con la rojiblanca son el dato que mejor refleja su valía (dos goles y cuatro asistencias). Por eso, que lejos de Bilbao no terminen de verlo, no parece un problema. "Desde pequeñito mi sueño ha sido jugar aquí (en el Athletic Club) y ya lo he logrado. No tengo más sueños, no tengo más ambiciones. Mi único sueño posible que puedo tener es ganar otro título con el Athletic y eso es a lo que le doy importancia", explicó.