Santi Cazorla es de Primera División
Después de haber jugado en ligas como la Premier League, o haber ganado dos veces la Eurocopa, Santi Cazorla ha cumplido esta temporada, por fin, su sueño de niño, que no era otro que devolver al Oviedo a la Primera División.

Santi Cazorla es un jugador que por puro nivel individual no debería haber estado ahí. En condiciones normales, nunca nos lo habríamos imaginado jugando en Segunda División, pero el fútbol a veces tiene estas cosas y en la etapa final de su carrera las circunstancias le han brindado la oportunidad de subir con su Oviedo a la máxima categoría del fútbol español.
Casi a la misma dimensión que su excelente fútbol, están, por desgracia, las tortuosas lesiones que nos han impedido ver a un futbolista aún más completo durante un mayor número de temporadas. De hecho, uno de esos percances físicos le privó de poder levantar la Copa del Mundo junto al resto de la generación dorada que ya había tocado el cielo en la Eurocopa de Austria.
Al haber coincidido en el tiempo con una camada de centrocampistas tan talentosa, incluyendo los nombres de David Silva, Xavi Hernández o Andrés Iniesta, el público general no ha llegado nunca a poner en valor el verdadero nivel de Santi Cazorla. Asimismo, el haberse marchado tan pronto a Inglaterra no juega a su favor para ser recordado como debería en el imaginario colectivo.
Cuando todo apuntaba a un adiós, solo era un hasta luego
Con todo y con eso la carrera del asturiano no ha sido más que exitosa, incluyendo títulos como dos Copas de Inglaterra, o las mencionadas Eurocopas, y habiendo sido clave en uno de los hace mejores años del Villarreal en su historia, en la última etapa del Arsenal de Wenger, o en el super Málaga de Pellegrini en el que era capitán general. Tras esta brillante trayectoria, finiquitada con un último baile en la entidad de Castellón entre 2018 y 2020, Santi emigró a Qatar para lo que parecía el preludio a su retirada. Sin embargo, cuando le llamó el Real Oviedo, no dudó en volver a casa.
En su regreso al Carlos Tartiere, parecía que lo hacía más como líder espiritual que futbolístico. No obstante, nada más lejos de la realidad. Si bien Santi ha contagiado a la plantilla de ese sentimiento oviedista que ha mamado desde niño, también ha aportado sobre el césped una dosis de calidad extinta en la categoría que le ha dado al equipo ascendido por Paunovic ese extra para conseguir su objetivo.
En un fútbol tan mercantilizado como el actual, en el cual es una constante que los jugadores acepten ofertas de otros mercados poniendo por delante su futuro económico que el corazón, no es habitual poder leer este tipo de historias que, sinceramente, hacen reencontrarse al aficionado con el deporte que le enamoró.
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