La cruda realidad del FC Barcelona

Tiempos sin duda complicados los que ahora mismo vive el FC Barcelona. Aunque trató de levantar cabeza tras el cambio de junta directiva, el cuadro catalán sigue claramente condicionado por su delicada situación económica. Según cuenta As, los culés han despedido el curso 2021-2022 con una deuda de 460 M€ y necesitan un mínimo de 500 M€ para poder encarar el mercado estival con un mínimo de garantías.

A día de hoy, la directiva se esfuerza por activar las ya famosas palancas económicas. En breve, el club cerrará la venta del 10 por ciento de sus derechos televisivos y obtendrá unos 205 M€, pero dicha cifra se antoja insuficiente. Por esto, tal y como añade el citado rotativo, "la activación de la palanca BLM y la venta de algún jugador importante se vislumbran como vitales".

Fichajes a la espera

De la complicada tesitura de la entidad recibió ayer buena cuenta el técnico del primer equipo. Durante la reunión mantenida con Mateu Alemany, director de fútbol, y Jordi Cruyff, secretario técnico, el egarense Xavi Hernández constató que no podrá contar con nuevos refuerzos hasta que el club logre una cierta estabilidad.

Una vez alcanzados esos mínimos, el Barça inscribirá a los ya fichados Andreas Christensen y Frank Kessie y hará todo lo posible por reclutar al zaguero galo Jules Koundé (Sevilla) y el delantero polaco Robert Lewandowski (Bayern Múnich). Asimismo, la entidad valorará la posibilidad de lanzar sus redes sobre César Azpilicueta y Marcos Alonso (Chelsea), defensas que parecen asequibles. En cambio, la posibilidad de reclutar a Bernardo Silva (Manchester City) o Raphinha (Leeds United) se antoja ahora mismo casi remota.

A lo largo del encuentro, Alemany también informó a Xavi del estado de una operación salida en la que se trata de buscar acomodo para jugadores como Riqui Puig, Óscar Mingueza, Clement Lenglet, Samuel Umtiti y Martin Braithwaite. Su marcha, sumada a la de un Frenkie de Jong que cada día parece más cerca del Manchester United, podría resultar decisiva.