Europa League | El Real Betis resiste ante el Zenit y se mete en octavos

Tras el 2-3 obtenido hace una semana en tierras rusas, el Real Betis afrontaba el choque de vuelta de los play-off de la Europa League con una cierta sensación de incertidumbre. Sin ese valor doble de los goles anotados fuera de casa, la eliminatoria quedaba apenas a un tanto de diferencia e invitaba a tomarse el partido con la idea de no sestear e intentar lograr cuanto antes un tanto que, ya sí, alejase de la cabeza del Zenit la idea de una remontada.

Precisamente porque ambos conjuntos saltaron al verde con el objetivo de ganar, el encuentro resultó muy abierto desde el inicio. Aunque fueron los visitantes quienes dieron más sensación de dominio, lo cierto es que el balón no tuvo un dueño claro y el partido fue avanzando entre carreras de un lado para otro, un buen número de faltas y disparos de más bien escasa calidad.

No resulta por tanto extraño que, al término del primer acto, el luminoso continuase reflejando el 0-0 inicial. Teniendo en cuenta que ningún equipo llegó a rematar entre los tres palos y que el primer latigazo de los locales llegó en tiempo de prolongación, cualquier otro marcador solo habría sido consecuencia de la casualidad o de un milagro...

Sufrimiento con recompensa

El segundo tiempo arrancó con un susto para los verdiblancos. En la primera acción, Yuri Alberto logró empujar el balón al fondo de la red, pero el árbitro anuló el tanto por un claro fuera de juego previo. Aunque el marcador se mantuvo, lógicamente, intacto, el Betis comprendió que había llegado la hora de dar un paso al frente y volvió a pisar el acelerador con la idea de lograr ese tan ansiado tanto de la tranquilidad. De hecho, casi acto seguido, Guido Rodríguez pudo haber firmado el 1-0, pero su cabezazo se estrelló en la madera.

Superado el ecuador del segundo periodo, el choque volvió a equilibrarse. El Betis comenzó a ceder el dominio que tanto le había costado atrapar y el Zenit aprovechó la ocasión para volver a asomarse al área rival con una relativa facilidad. Afortunadamente para los locales, los rusos no se mostraron nada finos en los metros finales y desaprovecharon, uno tras otro, todos sus acercamientos. Por si fuera poco, en la única acción en la que consiguieron acertar con el marco rival, el colegiado volvió a anular el tanto por una falta previa al remate final de Chistiakov.

Aunque con el agua al cuello y una cierta sensación de angustia, los de Manuel Pellegrini lograron resistir los últimos envites del Zenit y alcanzaron el final del choque con un 0-0 que, gracias al resultado de la ida, resultó más que suficiente para garantizar su presencia en los octavos de final.