En lo que apuntaba a una temporada de transición tras la salida de varios de los mejores futbolistas del equipo, como Dries Mertens, Kalidou Koulibaly o Lorenzo Insigne, se ha convertido en un año histórico para el Nápoles. 33 años después, el cuadro partenopeo está a punto de levantar el título de Serie A, en un curso de absoluto dominio de los pupilos de Luciano Spalletti.
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El técnico toscano ha logrado hacer de la plantilla un solo soldado con una misión: vencer el Scudetto. Si bien Spalletti cuenta con su once de gala, futbolistas como Gio Simeone, secundarios, han sido vitales para lograr el objetivo. El argentino se ganó la oportunidad de jugar en un grande de Italia tras su gran año en el Hellas Verona, anotando 17 goles y 6 asistencias en 37 partidos con el cuadro véneto.
El Nápoles apostó por Simeone tras dejar salir a su delantero suplente, Andrea Petagna, cedido al Monza. Pese a los pocos minutos disputados este curso, 683, el bonaerense ha demostrado tener una relación privilegiada con el gol, anotando 8 tantos en todas las competiciones. Una cifra que impulsará su fichaje con los partenopeos a final de temporada, logrando además cumplir una regla: el Nápoles no ha sido campeón de Serie A sin argentinos.
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