El nuevo técnico de la Juventus, el italiano Andrea Pirlo, quiere insuflar nuevos aires a una escuadra que este curso no ha ofrecido un rendimiento tan brillante como se esperaba. El preparador desea incorporar a nuevos futbolistas que mejoren la competitividad de la plantilla.
"Quiero darle a la Juventus un poco del entusiasmo que le ha faltado en los últimos tiempos. Quiero recuperar el ADN del trabajo y del sacrificio". Así de claro y contundente se mostró ayer Andrea Pirlo. Durante su primera rueda de prensa como técnico bianconero, el exinternacional azzurro evidenció que por su cabeza pasa la idea de reorganizar una plantilla que este curso no ha terminado de ofrecer el rendimiento esperado.
Según cuentan Corriere dello Sport y Tuttosport, entre los objetivos que ya se ha marcado el preparador figura el de reforzar la medular. El argentino Leandro Paredes (París Saint-Germain) encabeza una lista de preferencias en la que también quedaría espacio para el transalpino Manuel Locatelli (Sassuolo), el ghanés Thomas Partey (Atlético de Madrid) o el también argentino Rodrigo de Paul (Udinese).
Asimismo, Pirlo también desea reforzar una delantera que dirá adiós a Gonzalo Higuaín, futbolista al que el entrenador abrió ayer mismo la puerta salida. "Es un gran campeón, un gran jugador, pero su ciclo se ha terminado. Le admiro mucho, pero hemos decidido que los caminos se separen", aseveró.
Para ocupar su espacio, la vecchia signora mantiene en su punto de mira al bosnio Edin Dzeko (AS Roma), el polaco Arkadiusz Milik (Nápoles) y el mexicano Raúl Jiménez (Wolverhampton). De los tres, es el primero el que parece contar con más opciones de aterrizar en la Juve, ya que acumula una gran experiencia en Serie A y tiene un coste asequible.
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