Llegado al conjunto blanco con el cartel de uno de los guardametas más prometedores del panorama, el arquero ucraniano se está estancando en Chamartín.
La posición de portero es, indudablemente, una de las más complicadas para los entrenadores. La portería acepta, y agradece, la veteranía, por lo que un arquero puede estar hasta pasados los 35 años y continuar siendo titular, tapando la oportunidad de los más jóvenes, que no cuentan con regularidad ni oportunidades para demostrar luchar la titularidad.
En la última década, la portería del Real Madrid ha sido uno de los sitios más hostiles del mundo del fútbol. De la lucha entre Iker Casillas y Diego López se pasó a una entre el Santo y Keylor Navas, con el costarricense haciéndose con la titularidad para perderla unos años más tarde frente a Courtois, indiscutible en los planes de Carlo Ancelotti y Zinedine Zidane en el pasado.
Andriy Lunin, con las maletas preparadas
Y es que Lunin, que llegó a Chamartín en 2018 a cambio de 8,5 M€, una cantidad importante, convirtiéndose en la mejor venta de la historia del Zorya Lugansk. No obstante, el rendimiento del arquero ucraniano en Madrid no pasa de testimonial: un partido con la camiseta blanca en la derrota en Copa frente al Alcoyano.
La situación de Andriy Lunin (22 años) no parece que vaya a cambiar en el futuro cercano, con un Thibaut Courtois imperial, uno de los mejores del planeta. En ese sentido, tal como señala Marca, la solución pasaría por una (otra) cesión. El Lille, en Francia, y el RCD Espanyol y el Granada en LaLiga siguen de cerca al segundo portero merengue.
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