Cristiano Ronaldo hace saltar las alarmas
Mientras se plantea la cuestión de su futuro, Cristiano Ronaldo, a su pesar, está bajo el fuego de los críticos en Arabia Saudita. Sin poder ganar aún títulos importantes con la camiseta del Al Nassr, algunos observadores ven el principio del fin para la leyenda portuguesa, y sobre todo para el proyecto saudí construido a su alrededor.

La temporada 2024-2025 de Cristiano Ronaldo con el Al-Nassr ilustra perfectamente el contraste entre la brillantez de las actuaciones individuales y las limitaciones de un proyecto colectivo todavía imperfecto. A nivel personal, el cinco veces ganador del Balón de Oro ha seguido desafiando al tiempo. Máximo goleador de la Saudi Pro League con casi 23 goles, guió a su equipo hacia adelante en numerosos partidos, confirmando una condición física y una eficacia de cara al gol dignas de sus mejores años. El año pasado, CR7 también rompió varios récords: la mayor cantidad de goles marcados en una sola temporada en la liga saudí y el jugador más prolífico en un año calendario en todo el mundo. Su influencia se extiende más allá del terreno de juego: en Arabia Saudita, es un embajador del campeonato, atrayendo patrocinadores, seguidores y otras estrellas europeas. Técnicamente agudo y mentalmente impecable, Ronaldo ha demostrado una vez más que es una excepción en la historia del fútbol, capaz de rendir incluso a una edad en la que la mayoría de sus contemporáneos ya se han retirado.
Pero a pesar de estas hazañas individuales, la temporada colectiva de Al-Nassr ha resultado frustrante. El club no pudo competir con los gigantes Al-Hilal y Al-Ittihad en la Saudi Pro League, cuya profundidad y estabilidad táctica marcaron la diferencia. En la Liga de Campeones asiática, las expectativas eran enormes, especialmente con Ronaldo muy motivado por la perspectiva de un título continental en un tercer continente.
Sin embargo, el viaje terminó en semifinales contra el Kawasaki Frontale, a pesar de los esfuerzos del portugués, que a menudo estuvo solo en las fases decisivas. En la Copa del Rey, una derrota en octavos de final ante Al Taawoun agravó esta sensación de despilfarro, mientras que en la Supercopa, Al-Nassr cayó ante Al-Hilal. El equipo, demasiado dependiente de su capitán, mostró deficiencias defensivas, falta de cohesión en los partidos importantes y una incapacidad para gestionar la presión colectiva. En resumen, si Ronaldo ha brillado a nivel personal, esta temporada deja un sabor amargo, simbolizando la brecha que puede existir entre las ambiciones de un campeón y los límites estructurales de su equipo.
Una victoria simbólica sin CR7
Al Nassr aplastó al Al Okhdood (0-9) con un cuádruple de Sadio Mané, pero sobre todo con Cristiano Ronaldo ausente por descanso. Sin embargo, esta gran victoria deja a las tropas de Stefano Pioli en el tercer lugar. Tras la victoria del Al Ittihad del domingo, el Al Nassr se sitúa ahora a once puntos del líder de la liga a falta de tres jornadas, lo que significa que, aunque parecía ser el caso, ahora es definitivamente seguro que Cristiano Ronaldo todavía no ganará la liga saudí esta temporada. Peor aún, la clasificación para la Liga de Campeones asiática la próxima temporada aún no está asegurada. Surge entonces una evidente paradoja: Cristiano Ronaldo se sintió muy afortunado cuando fichó por el Al Nassr en enero de 2021. Fue un pionero, ya que solo había unos pocos nombres notables en la liga (Talisca, Luiz Gustavo o Banega), y el internacional portugués se jactó, con razón, de haber abierto las puertas a otros grandes jugadores para que vieran Arabia Saudí desde una perspectiva diferente. Cristiano Ronaldo quería que Arabia Saudita fuera una liga competitiva y la Saudi Pro League ya no está evolucionando en esa dirección. El problema es que ha sido víctima de su propio deseo, pues la inversión en fichajes de los otros tres equipos que apoya el PIF (Al Ahli, Al Hilal y Al Ittihad) ha hecho que CR7 y su Al Nassr aún no hayan conseguido ganar un solo título en dos años y medio de histórica colaboración.
Con la reciente pérdida del título liguero, el jugador portugués ya suma once torneos sin ganar. Estuvieron cerca en la primera temporada, cuando no había otros Galácticos en Arabia Saudita, terminando cinco puntos detrás de Al Ittihad en la liga. La pregunta ahora es cuál será su futuro. Desde el punto de vista deportivo, no es un éxito. Su contrato expira en julio y ya ha cumplido los dos años de residencia necesarios para evitar que le reduzcan los beneficios fiscales en el país del Golfo. Y pese a su condición de leyenda viviente, está claro que el Al Nassr es perfectamente capaz de ganar partidos importantes sin la estrella portuguesa.
Esto es motivo de reflexión para la directiva saudí, que ha recibido una lista de exigencias a su medida para quedarse, como la salida de varios miembros del club como el entrenador Stefano Pioli, el director deportivo Fernando Hierro y los jugadores Aymeric Laporte, Bento, Wesley y Ângelo, mientras que considera a otros compañeros como intransferibles. Es el caso de Sadio Mané, Otávio, Marcelo Brozović, Mohamed Simakan e incluso John Durán. Pero ¿se aceptarán todas las exigencias del portugués de 40 años en un momento en el que Cristiano Ronaldo no ha conseguido traer ningún título importante al Al Nassr? Surgen preguntas.
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