Europa League | El Granada se resiste a despertar del sueño europeo

Por Juan C. Navarro
3 min.
Jorge Molina celebra un tanto con el Granada @Maxppp

Dos latigazos de Jorge Molina y Roberto Soldado certificaron la victoria del Granada ante el Molde en la ida de octavos de final de la Europa League. Los nazarís supieron sobreponerse al agotamiento que ya acumulan y obtuvieron una importante ventaja que les sitúa a un paso de los cuartos de final.

Ni la acumulación de esfuerzos ni las lesiones ni la identidad del rival... Nada, absolutamente nada, logra variar el discurso del Granada. En cada partido, los de Diego Martínez compiten al cien por cien. Aunque hay días y días, el esfuerzo nunca se negocia. Puede faltar acierto o esa dosis de calidad que en ocasiones marca las diferencias, pero el sacrificio, el compromiso y la total convicción en una idea de juego siempre están presentes.

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Ante el Molde la historia volvió, por tanto, a repetirse. Los nazarís saltaron al campo dispuestos a competir y de esa firme decisión nacieron todas sus acciones de ataque. Nehuén Pérez y Roberto Soldado rondaron el tanto con dos remates cercanos, pero no fue hasta el 26 cuando el inagotable Jorge Molina batió a Andreas Linde tras un larguísimo saque de Rui Silva que Sheriff Sinyan no acertó a despejar.

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Conscientes de que en este tipo de eliminatorias cualquier ventaja es pequeña, los andaluces no se relajaron y mantuvieron su idea de presionar arriba y atacar de la forma más directa posible. Eso sí, lejos de arrugarse, el Molde aceptó las reglas y se esforzó por buscar sus opciones. Los noruegos apostaron por cargar el juego por los costados y colgar balones al área. Aunque no crearon grandes ocasiones, siempre dieron sensación de peligro y obligaron a defensa y portero a estar muy atentos.

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Resistencia y sentencia

Amaneció la segunda parte con un Molde más ambicioso, decidido a buscar las cosquillas a un rival que anda ya bajo de combustible y que suele perder eficacia en las segundas partes. Aun así, fiel a sus ideas, el cuadro granadino siguió compitiendo con mucha dignidad. Cediendo balón y espacios, sí, pero sin renunciar a la posibilidad de correr hacia adelante en busca del segundo tanto.

A poco más de 20 para el final, cuando las piernas comenzaban a flaquear más de la cuenta, el Granada recibió una ayuda inesperada. Martin Ellingsen se pasó de frenada en dos acciones muy seguidas y dejó a su equipo con 10. Los noruegos recularon casi por inercia al quedarse con un hombre menos y los locales aprovecharon la ocasión para tomar aire y hacer un último esfuerzo que, además, encontró una rápida recompensa. En el 72, tras un saque de banda, Roberto Soldado cazó un balón dentro del área y soltó un latigazo ante el que nada pudo hacer Linde.

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Hasta el 90, los nórdicos tiraron de orgullo en busca de un gol que les diese alas de cara al partido de vuelta, pero en las pocas ocasiones que lograron superar a la defensa rival se toparon con el siempre eficaz Rui Silva. El 2-0 final tiñe la eliminatoria de un evidente color rojiblanco. Aunque tiene pinta de que el Molde no se va a rendir con facilidad, lo que también queda absolutamente claro es que el Granada competirá como siempre, fiel a su estilo, hasta el último minuto.

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