El Rayo Vallecano está siendo protagonista de una gran temporada en LaLiga, consolidándose como una de las sorpresas del campeonato. Bajo la dirección de Iñigo Pérez, el equipo madrileño encara las dos últimas jornadas con la posibilidad real de finalizar entre los ocho primeros, lo que podría otorgarle una plaza en competición europea para la próxima campaña. Este logro representaría un hito para un club humilde que ha sabido competir con determinación y calidad frente a rivales de mayor presupuesto, mostrando un fútbol valiente y efectivo que ha ilusionado a su afición.
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De conseguir este objetivo, la plantilla del Rayo Vallecano entraría en la historia de la entidad, que solo ha disputado competición europea en una ocasión, en la temporada 2000-2001, cuando alcanzó los cuartos de final de la Copa de la UEFA. La posibilidad de repetir una gesta así, más de dos décadas después, es un aliciente para un equipo que ha sabido combinar juventud y experiencia en su plantilla. La regularidad mostrada a lo largo del curso, con victorias clave ante equipos de peso, refleja el trabajo táctico y la ambición de un grupo que no se conforma con la permanencia.
El orgullo que esta situación genera en los jugadores es palpable, como expresó Isi Palazón tras el empate 2-2 frente al Betis en declaraciones a ‘DAZN’: “Ellos tienen mucha calidad, cuando mejor estaban llegaron nuestros goles, los últimos minutos de la primera parte fueron nuestros, impusieron a la larga su categoría. Hemos apretado con el 2-2 pero es difícil porque tienen una buena línea defensiva. Esta temporada tenemos una plantilla amplia, el míster nos ha dado confianza, hemos sacado adelante partidos importantes y la posición que ocupamos la merecemos”. Estas palabras reflejan la confianza y el espíritu competitivo de un Rayo que sueña con cerrar la temporada haciendo historia.
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