El brasileño dejó grandes detalles de calidad en el pasado otoño, pero después pasó a ser un jugador menos relevante en el cuadro blanco, hasta descender al filial.
El problema, muchas veces, son las expectativas. Esta temporada debía servir para que Rodrygo se adaptara al fútbol español, alternara el Castilla con el primer equipo y comenzara a asomar la cabeza bajo la tutela de Zinedine Zidane. Pero las lesiones y diferentes circunstancias provocaron su rápida entrada en la dinámica del primer equipo del Real Madrid.
Durante el otoño, el joven atacante hizo gala de su facilidad para ver portería, supo adaptarse a jugar en banda derecha e incluso adelantó a su compañero Vinicius Junior en la pelea por el puesto. Pero, en el carrusel de idas y venidas que fue la plantilla merengue, acabó perdiendo peso.
Una oportunidad de oro
Ahora que todo se ha igualado y nos espera un final de temporada tan incierto como dinámico y exprés, el delantero de 19 años puede tener su momento. Acumula 6 goles en 16 partidos, y podría aprovechar bien esa norma de los cinco cambio y amplitud en las convocatorias para hacerse con un hueco.
De manera que este jugador puede acabar siendo pieza importante en lo que resta de temporada, o al menos decisivo en momentos puntuales. Y ya será esto mucho, y ayudará a que su futuro termine de definirse.
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