Cuando está más cuestionado que nunca por las últimas derrotas, llega a un estadio que se le ha dado bien en los últimos años y donde no conoce la derrota.
Nos asomamos a una edición del Clásico que será como siempre imprevisible porque nunca se pueden hacer pronósticos de estos partidos en los que cuenta quizás menos cómo pueda llegar cada equipo. En este caso parece que algo mejor el FC Barcelona, sobre todo porque el Real Madrid ha sumado dos derrotas inesperadas.
La del pasado miércoles ante el Shakhtar Donetsk ha dolido especialmente y de hecho ha propiciado que se señale ya a Zinedine Zidane, sugiriendo algunos medios un cambio próximo en el banquillo. El encuentro ante los culés puede marcar tendencia pero el francés aterriza en un estadio donde no conoce la derrota como entrenador.
Una racha espectacular
Debutó en el Clásico con victoria y remontada allá por la primavera de 2016 (1-2), y en el resto de visitas ha sacado siempre un empate como mínimo. Así que bajo su mando el Real Madrid no conoce la derrota en el feudo del eterno rival, con empate sin goles la temporada pasada en el que merecieron más los visitantes.
Ahora, pese a no llegar en ese buen momento, puede agarrarse a este fetiche y sin duda aprovechar que no habrá público en las gradas, algo a lo que nos hemos acostumbrado ya pero que sin duda alguna se notará mucho en un encuentro de alta tensión como solía ser este que ahora se va a disputar.
Más información
Noticias