Con más sufrimiento de lo previsto, dado que Jan Oblak realizaría dos intervenciones estupendas, los de Diego Pablo Simeone se han llevado los tres puntos en su estreno liguero de este curso. Además, Memphis Depay culminaría una obra de arte con un zapatazo espectacular.
La primera cita de esta temporada en la élite de nuestro fútbol alcanzaría su broche de oro en un escenario magnífico como es el caso del Cívitas Metropolitano. Es decir, el hogar de un Atlético de Madrid que realizará un notable esfuerzo para competir al máximo con Real Madrid y FC Barcelona en la carrera por un título que (por ahora) pertenece a los culés. Pasando a su adversario de esta noche, se trata de un Granada que confiaba en sumar un botín positivo.
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Diego Pablo Simeone se presentaría de entrada con un Jan Oblak que está de vuelta al recuperarse al 100 % de la lesión que le dejó en el dique seco durante el tramo final del pasado curso. En cuanto al sistema de tres centrales, estaría integrado por César Azpilicueta, Stefan Savic y Mario Hermoso, buscando alegría por los costados con Marcos Llorente y Yannick Carrasco. Además, Koke Resurrección, Rodrigo De Paul y Thomas Lemar conectarían con Antoine Griezmann y Álvaro Morata.
Pasando a la disposición táctica de Paco López en el bando visitante, el encargado de echar el cerrojo a sus dominios sería el cancerbero André Ferreira. En cuanto a su entramado defensivo, quedaría custodiado por cuatro piezas del nivel de Jesús Vallejo, Miguel Rubio, Ignasi Miquel y Carlos Neva. Sergio Ruiz y Gerard Gumbau darían consistencia en la medular, al tiempo que Óscar Melendo y José Callejón buscarían la asociación con Myrto Uzuni y Samu.
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Memphis desata la locura en el Cívitas Metropolitano
El primer contratiempo para el Cholo se produciría con la inoportuna lesión de Koke por un problema en el tobillo, así que sería reemplazado por el prometedor Pablo Barrios. Morata reclamaría una pena máxima, si bien es cierto que el colegiado no decretaría nada punible. De hecho, el ex de Real Madrid, Chelsea y Juventus de Turín estaba ligeramente pasado de revoluciones. Minutos después, De Paul no sería capaz de beneficiarse del regalo de Griezmann en una jugada ensayada.
Ferreira le ganaría la partida a Morata en el mano a mano con una meritoria intervención, al tiempo que Azpilicueta se asomaba al ataque con bastante sensación de peligro. Cuando todo hacía indicar que el choque se marcharía en tablas al descanso, emergería la figura de un Álvaro Morata que lograría resarcirse al perforar el fondo de las mallas de la meta nazarí (1 – 0). Acto seguido, el que iba a ser su doblete no subiría al luminoso por posición antirreglamentaria de Mario Hermoso.
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Tras la reanudación, Oblak realizaría una parada marca de la casa (espectacular) para impedir la diana de su oponente. Aun así, nada podría hacer para evitar el tanto de un Samu que desviaría con criterio el golpeo de un Gonzalo Villar que birlaría la cartera a Carrasco (1 – 1). Dicho lo cual, poco le duraría la alegría a un Granada que estaba mejor en el segundo acto. ¿La razón? Memphis Depay firmaría una obra de arte con un tremendo misil que se colaría por la escuadra (2 – 1). En el tiempo añadido, Llorente sellaría el triunfo del Atleti (3 – 1).
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