Liga de Campeones | Un Kylian Mbappé estelar sofoca el incendio
Una nueva actuación estelar del francés rescata a un Real Madrid gris y con dudas, pero efectivo en las áreas. El galo vuelve a dar una exhibición histórica que aplaza las dudas y devuelve de nuevo la confianza a Xabi Alonso. Al menos hasta el siguiente choque, porque el equipo terminó pidiendo la hora de forma incomprensible al final.
Tras la derrota de Anfield y los posteriores empates en Vallecas y Elche, el Real Madrid llegaba a Atenas con dudas y sobre todo inmerso en una crisis de juego, resultados y divisiones internas que afloraban. Nada mejor que la Liga de Campeones para intentar sanar las heridas, aunque podía ser una espada de doble filo. El oponente de hoy, un Olympiakos bien dirigido por José Luis Mendilibar, dispuesto a hurgar en la herida.
Y es precisamente lo que Chiquinho hacía en el 9' al culminar una gran jugada de los helenos, que triangularon en la frontal ante la pasividad de la zaga merengue. Un gran gol que desataba las alarmas dentro de los merengues (hoy de azul), hasta que apareció su gran estrella. Kylian Mbappé se sacaba un triplete de la manga (22', 24' y 29'), anotando el primero tras un pase magistral de Vinícius Júnior, el segundo de cabeza y el tercero resolviendo en solitario. Es lo que tienen las grandes figuras como él, con poco o casi nada son capaces de cambiar el signo de los partidos, dinámicas y quizás temporadas.
Porque el juego de los de Xabi Alonso no era para tirar cohetes, si bien se encontraron ante un rival que concedía muchos espacios, regalos en salida de pelota y un cierto desorden que desesperaba a su entrenador español. Diferencia de calidad esperada y eso también es fútbol. Los visitantes gobernaron el partido desde el marcador, el juego mejoró con el resultado, y pudieron irse con mayor ventaja al descanso si el VAR no hubiera anulado otro tanto a Vinícius por un fuera de juego milimétrico.
Kylian Mbappé quiso más
La segunda parte comenzaba de forma similar a la primera, con Olympiakos lanzado al ataque y sacando petróleo de una presión eficiente. Y marcando, porque Mehdi Taremi anotaba de cabeza en el 52' para devolver la alegría al Georgios Karaiskakis y sobre todo la esperanza. No pudo hacer Lunin nada en ese tanto pero sí evitó un susto mayor posteriormente, hasta que apaercieron de nuevo los dos grandes protagonistas en ataque.
Sin fortuna de cara al gol, Vinícius Júnior volvió a ser incisivo en la izquierda y de otra gran jugada personal del brasileño llegaba la cuarta diana del francés en el 60', que apagaba cualquier intento de remontada. Ya que los merengues penalizan como nadie los espacios y hoy el encuentro a campo abierto les daba la oportunidad de tenerlos de todos los colores, con el ex del PSG listo para hacer historia e inscribir su diana número 21 de la temporada.
Aun así el juego siguió sin mejorar, y Olympiakos con poco volvía a hacer daño a un endeble Real Madrid. Que encajaba en el 80' por medio de El Kaabi, con un remate de cabeza sensacional ante la pasividad de la zaga blanca. El Real Madrid había dado el partido por acabado pero no lo estaba y es que los helenos se vieron con opciones de empatar, con dos ocasiones claras antes del fin del tiempo reglamentario y un par de sustos más en el descuento. Al final, triunfo blanco pero con mal sabor de boca. Las críticas se aplacarán algo, pero las dudas persisten.
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