En el verano de 2019, tras asumir que sus opciones de acumular minutos en el Valencia iban a ser más bien escasas, el lateral zurdo Toni Lato aceptó la oferta del PSV. Aunque aterrizó en Eindhoven con elevadas expectativas, la experiencia no fue nada buena y el jugador acabó cambiando de nuevo de equipo en el mes de enero. Afortunadamente, su cesión en Osasuna resultó más fructífera y terminó provocando su regreso a un cuadro che en el que ahora vuelve a sonreír.
"El paso por el PSV fue tan complicado que me sirvió de mucho. Y eso que fue breve. Desde el mismo instante en el que llegué vi que la cosa no era lo que me habían dicho. Y no sé muy bien por qué. Puede que influyera el cambio a última hora de contrato (de traspasado a cedido), pero desde luego por rendimiento no fue, porque apenas me dieron oportunidad. Aquello me sirvió para pensar más en mí mismo. Aprendí a ser un poco egoísta, que a veces también es bueno. Por suerte todo cambió en Pamplona. En Osasuna sí me sentí arropado desde el minuto 1. Por el director deportivo, por los compañeros, por el cuerpo técnico… A Osasuna le tengo cariño", relató.
Más información
Noticias