El francés cumplirá, salvo sorpresa, su tercera temporada con una aportación prácticamente nula. No se recuerda a ningún jugador con tantas oportunidades en el club.
Quizás es más fácil, o lo era, tener paciencia con los canteranos en el FC Barcelona, y nos recuerda esto casos como el de Xavi Hernández, de tardío rendimiento. El egarense siempre ha reconocido que pudo irse, igual que Carles Puyol. Hoy son leyendas del club pero iniciaron su etapa en tiempos complejos que les sirvieron para ser después claves.
Pero la historia de la entidad catalana nos demuestra que con los fichajes no se ha tenido tanta paciencia. Por eso Ousmane Dembélé resulta ser una excepción clara, ya que está a punto de acabar su tercera temporada en el equipo y, a menos que vuelva para agoto y ser decisivo en la Champions League, su aportación será testimonial.
Un dilema presente
Veíamos esta misma semana cómo la Juventus de Turín estaba siguiendo los pasos del atacante, aunque después esos rumores se enfriaron. Y es que el francés es un atacante interesante, de 23 años, cuyo único déficit han sido las lesiones porque ha dejado detalles de calidad y cualidades por las que se paga mucho dinero en el fútbol.
Su velocidad, capacidad de desequilibrio, su gol, disparo… Muchas condiciones para un jugador por explotar, con nula regularidad hasta la fecha a causa de diferentes dolencias. Así que el dilema en Can Barça es inevitable. Podría sacar un buen dinero por su venta, pero si logra triunfar en otro club sería un error histórico.
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