Llegaba el pasado verano al campeón de Europa como gran apuesta de futuro en la medular y en poco tiempo le ha tocado suplir a jugadores consagrados como Casemiro o N’Golo Kanté. Lo ha hecho con nota.
Desembolsaba el Real Madrid nada menos que 80 M€ en verano por Aurélien Tchouaméni, una suma que en principio parecía elevada para una demarcación donde estaba Casemiro, de nuevo proclamado campeón de Europa con el conjunto merengue. Y sobre todo tras el varapalo que supuso la decisión de Kyñian Mbappé de quedarse en el PSG.
Un fichaje que pronto se revelaría como clave de futuro, especialmente cuando se confirmaban las sospechas que había en el club con el brasileño, a quien se dejaba ir al Manchester United. Por tanto el mediocentro galo pasaba a comandar la medular de Carlo Ancelotti como escudero de Luka Modric y Toni Kroos. Dejando buenas actuaciones y mostrando un nivel especialmente regular en toda la campaña hasta el Mundial.
La prueba del algodónç
Bien es cierto que el conjunto merengue no tuvo que afrontar desafíos especialmente exigentes, pero los que tuvo como el Clásico los superó con nota. Y si bien el equipo tuvo un claro bajón antes del Mundial, el galo no fue uno de los culpables. Seguro en el pase, bien colocado siempre, con inteligencia táctica y personalidad, es todo un pilar ya en el centro del campo blanco.
Si bien llegaría la verdadera prueba con al cita de Catar, solventada sin duda alguna con nota. Ya que, haciendo olvidar en este caso a N’Golo Kanté, se ha adueñado del mediocampo de la selección de Francia. Prácticamente asumiendo buena parte de las labores defensivas y multiplicando sus funciones para aportar un gran equilibrio a los subcampeones del mundo.
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