Primera División

D’Alessandro, el Doctor Jeckyll y Mister Hyde del Zaragoza…por ahora

Por Gustavo Vila
3 min.

Andrés D’Alessandro llegó del Portsmouth al Zaragoza como fichaje estrella para formar una ofensiva galáctica junto a Oliveira, Diego Milito y Pablo Aimar, pero por el momento ha tenido más de estrellado y una salida, que pide a gritos, podría ser la solución definitiva para uno de los jugadores argentinos que más expectativas había generado en su arranque.

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Campeón mundial Sub-20 con Argentina en 2001, armando una dupla dorada junto con Javier Saviola, el Cabezón D’Alessandro se ganó los elogios de ídolos como Maradona o Alonso, este último por verlo parecido a su zurda mágica que había encantado a los hinchas de River en el estadio Monumental.

El despegue del enganche tenía que ser en un grande de Europa, pero llegó el Wolfsburgo, puso mucho dinero y D’Alessandro se fue a la Bundesliga a un club en formación. Allí vivió un período de transición y se fue apagando, perdiendo el puesto que se había ganado en la selección argentina.

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Vio la oportunidad de relanzarse en la Premier League, pero tampoco llamó la atención en el Portsmouth, un equipo demasiado pobre para prestar jugadores que puedan asociarse a la zurdita encantada del inventor de la ‘boba’. No llegó al Mundial y tenía que volver al Wolfsburgo, a una ciudad con mejores autos que ambiente de fútbol.

En el verano pasado la ilusión renació en D’Alessandro y los fanáticos de su fútbol. El Zaragoza fue a la carga y lo compró. El plantel era de calidad, la campaña pasada del equipo hacía prever augurios y, encima, estaba rodeado de compatriotas, como Roberto Ayala o el propio Aimar, también formado en la cantera millonaria.

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Pero D’Alessandro se ganó las portadas de los diarios más bien por sus incidentes que por sus goles o jugadas. Primero cabeceó a Messi dentro de la cancha, en una situación que marcaba su estado colérico tanto dentro como fuera del campo, Discutió con todos y terminó a las trompadas con Pablito Aimar, ese amigo que le había abierto las puertas. Al tiempo se peleó con el entonces técnico Victor Fernández, que lo echó de una práctica y lo separó del plantel por un tiempo.

Entretanto, el mediocampsita albiceleste pedía volver por seis meses a Argentina. River y San Lorenzo eran sus opciones, con Copa Libertadores como menú de encanto. El presidente del Zaragoza se negó, rechazó ofertas de ambos clubes y confió en la calidad de D’Alessandro. Pero la renuncia de Victor Fernández por malos resultados y la llegada e Garitano lo puso otra vez en el centro de la escena: muchos medios españoles hicieron correr la voz de que el nuevo DT se marchó una semana después porque el club no se animó a apartar al Cabezón de la plantilla, como era el pedido del timonel.

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Ahora aparece Irureta, pero tal vez D’Alessandro no siga en Zaragoza. Quizás los dirigentes españoles entendieron que el chiquilín puede ser Doctor Jeckyll y Mister Hyde, fuera y dentro de la cancha. Y los planes de Ramón Díaz para domarlo en San Lorenzo podrían ser la receta perfecta para que el Cabezón regrese a las fuentes y vuelva a Europa con su verdadero nivel.

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