Europa League | El sueño europeo del Athletic Club sigue muy vivo
El Athletic Club disputará las semifinales de la Europa League tras deshacerse del Rangers en la vuelta de cuartos de final. Los bilbaínos fueron netamente superiores a su rival, pero, por su mala puntería, sufrieron más de la cuenta para meterse en la penúltima ronda y seguir soñando con esa final europea en San Mamés.

Una noche más, el Athletic Club volvía a encomendarse a San Mamés. Tras contar con el decisivo apoyo de su público en la eliminatoria de octavos ante la AS Roma, los vascos regresaban hoy a la Catedral con la idea de recibir el impulso necesario para derrotar al Rangers y acceder a la penúltima ronda de la Europa League.
Tal y como podía preverse, los rojiblancos saltaron al verde dispuestos a llevar la voz cantante y firmar cuanto antes un primer tanto que aclarase el panorama. Sin embargo, sus buenas intenciones se toparon con un rival tan bien plantado en defensa como dispuesto a generar peligro con medidos envíos en largo. Aun así, en un par de acciones generadas por banda, Oihan Sancet dispuso de sendos remates que acabaron tropezando con defensas escoceses cuando ya iban camino de la red.
Esa acción, la de futbolistas azules despejando centros y remates se repitió asiduamente durante un primer acto en el que los vizcaínos debieron cobrar una cómoda ventaja, pero en el que chocaron contra su total, y en ocasiones inexplicable, falta de puntería. Maroan Sannadi, inconmensurable, se hartó de extraer petróleo, pero todos sus envíos acabaron con remates muy pobres de sus compañeros. Afortunadamente, justo antes del descanso, el poderoso punta fue derribado en el área por John Souttar y el árbitro cobró un claro penalti que, ya sí, Sancet convirtió en el merecidísimo 0-1.
Sufrimiento y sentencia
Consciente de que no debía conformarse, el cuadro vasco inició el segundo tiempo con la misma intención e intensidad, pero de nuevo volvió a toparse con la buena disposición defensiva de un cuadro escocés que, pese a ir por debajo en el marcador, se esforzó por no perder el orden y que, además, en el 58, en casi su primera acción ofensiva, estuvo a punto de igualar el duelo. Por suerte para los rojiblancos, Nicolas Raskin estrelló el balón en la madera.
Aunque no habría sido justo encajar el empate en ese instante, la acción dejó claro que tanto el partido como la eliminatoria seguían sobre el filo. Esa sensación, la de que aún podía pasar cualquier cosa, fue creciendo con el paso de los minutos, a medida que los bilbaínos comenzaban a perder balones sencillos y los visitantes a acercarse con más y más peligro sobre el área de Julen Agirrezabla.
Al fin, en el 73, Ernesto Valverde se decidió a meter los cambios que su equipo llevaba ya demandando mucho minutos y con la frescura aportada por, en especial, Beñat Prados, el combinado vasco logró recuperar la necesaria tranquilidad para afrontar los minutos finales. Además, a 10 para el final, con de nuevo el campo volcado a su favor, el incombustible Óscar de Marcos sacó un centro al segundo palo que Nico Williams transformó en el 2-0.
De este modo, y con algo más de sufrimiento del deseado, el Athletic Club selló su merecido pase a las semifinales de la Europa League. Ya queda menos para esa final soñada en San Mamés.
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