Eibar | José Luis Mendilibar enseña el camino hacia Europa

El 23 de mayo de 2015, apenas un año después de conseguir el primer ascenso de su historia, el Eibar volvía a ser conjunto de Segunda División. Aunque los armeros derrotaron al Córdoba en la última jornada de Liga (3-0), los tres puntos obtenidos no fueron suficientes para abandonar la antepenúltima plaza y evitar el dolor de una afición que en muchos momentos de la temporada había disfrutado con el animoso y solvente juego de los suyos.

Por fortuna para la entidad armera, sólo dos meses después, la Justicia castigaba al Elche por las deudas acumuladas con Hacienda y decretaba su descenso administrativo a Segunda División. Los ilicitanos, que habían acabado el curso en un más que meritoria decimotercera posición, dejaban libres una plaza en la máxima categoría que inmediatamente pasaba a manos del cuadro guipuzcoano.

Destituido Gaizka Garitano, el técnico que impulsó el histórico ascenso, pero que fue apartado nada más certificarse la pérdida de la categoría, el cuadro vasco decidió entregar las riendas de su equipo a un preparador tan experimentado como José Luis Mendilibar. Aunque venía de cosechar un sonoro fracaso con el Levante (apenas duro 8 jornadas de Liga), el de Zaldívar asumió el reto de liderar a una escuadra a la que ya había tenido la oportunidad de entrenar en Segunda (temporada 2004-2005) y a la que confiaba en dotar de esa estabilidad necesaria para sobrevivir en Primera.

Un equipo con un estilo inconfundible

Pese a lo complicado de la tarea, Mendi logró imponer su sello desde casi el primer minuto y consiguió dar pie a un equipo que, independientemente de la calidad o el nombre de sus integrantes, ha mantenido una identidad clara a lo largo de estas ya casi tres temporadas: orden defensivo, compromiso y capacidad para sacar el máximo partido a las debilidades del rival.

Aunque en la presente campaña, una racha de 7 derrotas en las primeras 11 jornadas sirvió para que muchos comenzasen a cuestionar los métodos del técnico, lo cierto es que ha bastado el simple paso de las semanas para constatar que el Eibar sigue siendo el mismo equipo de siempre, un conjunto muy difícil de superar que pelea cada partido como si fuera el último y que en su feudo es incluso capaz de golear con brillantez a conjuntos tan notables como el Real Betis, el Girona o el Sevilla.

Tras un puesto 14 y un 10 en las dos primeras campañas, Mendilibar mantiene ahora mismo al conjunto azulgrana en un notable séptimo lugar de la tabla, a sólo dos puntos del quinto clasificiado, el Villarreal, y a apenas uno del sexto puesto, el que da derecho a disputar Europa League. Aunque aún queda un largo camino, parece claro que si es capaz de mantener la misma eficaz y discreta progresión que hasta ahora, el sueño de viajar por el continente luciendo los colores de su equipo podría convertirse en realidad para la afición de Ipurúa.