En su regreso a Europa doce años después, el Espanyol no pudo pasar del empate ante el Ferencvaros, conjunto que sin hacer nada del otro mundo logró ponerse por delante en el marcador y aguantar las tablas cuando los locales apretaban de lo lindo. El gol de Matías Vargas, el jugador más enchufado de los pericos, sirvió para limitar los daños del tanto en propia meta de Javi López, pero no para disipar las dudas que sigue generando el nuevo proyecto.
Espanyol 1-1 Ferencvaros
Aunque la victoria ante el Eibar del pasado fin de semana había logrado espantar los primeros fantasmas, lo cierto es que el Espanyol aún está lejos de ser ese equipo competitivo y solvente que tantos elogios cosechó el pasado curso. En la escuadra catalana parece aún pesar la dolorosa marcha de Rubi y el adiós de jugadores tan determinantes como Mario Hermoso o Borja Iglesias y tanto en la grada de Cornellá-El Prat como en el césped se denota una cierto temor a lo que el futuro pueda deparar.
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Por eso, no es extraño que, pese a medirse a un rival que también ha iniciado su competición doméstica con dudas -el Ferencvaros es quinto en la liga húngara a ya nueve puntos del liderato-, el combinado perico se marchase al descanso con el marcador en contra. Lo peor de este primer periodo no fue el 0-1, sino la sensación de que los blanquiazules son aún un conjunto endeble y propenso a la fatalidad. De hecho, el tanto visitante llegó tras una acción en la que Javi López, al intentar despejar un centro del bullicioso Isael, acabó colando el balón en su propia portería (minuto 10).
Esa falta de confianza y ese cierto temor a que lo que tanto costó levantar el año pasado se derrumbe de golpe también pesa en las botas de los futbolistas más creativos y ofensivos del equipo que, pese a dominar el esférico, apenas se mostraron capaces de meter miedo al meta Dénes Dibusz, quien durante este primer acto fue casi un mero espectador del choque.
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No cambió mucho el guión tras el paso por vestuarios. Es más, para reaccionar de una vez por todas y meterse de lleno en la pelea, el Espanyol tuvo aún que recibir dos nuevos sustos. Afortunadamente para los catalanes, primero Diego López y después el larguero evitaron que el balón perforase las redes y dieron pie a un tramo de encuentro en el que al fin pudo verse al equipo que los aficionados esperan.
La reacción perica, que arrancó con un disparo mordido de Wu Lei y la entrada en escena de Jonathan Calleri, encontró rápida recompensa gracias a la labor del infatigable Matías Vargas, quien aprovechó una cierta falta de tensión de la zaga y el meta visitante para establecer las tablas en el minuto 60. Tras el tanto, los locales se vinieron arriba y desnudaron a un Ferencvaros que hasta entonces había sobrevivido sin apenas problemas.
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Matías Vargas firma el nostre primer gol a la fase de grups de la @EuropaLeague ¡Qué grande!#EspècieEnExpansió | #RCDE | #Volem | #EspanyoldeBarcelona | #UEL pic.twitter.com/W5TfZcMRi4
— RCD Espanyol de Barcelona (@RCDEspanyol) September 19, 2019
Aunque mantuvo su asedio hasta el pitido final y generó varias ocasiones de verdadero peligro, el combinado perico no logró sumar ese segundo tanto que habría completado la remontada y tuvo que conformarse con un empate que viene a confirmar su condición de equipo aún inmerso en la búsqueda de una nueva identidad. Es verdad que la temporada no ha hecho más que comenzar y que, pese a las bajas, la plantilla sigue contando con un puñado de jugadores talentosos, pero también que Gallego aún no ha logrado dotar a los suyos de la personalidad necesaria para imponer su ley durante los 90 minutos.
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