Emparejado con la Real Sociedad en la fase de grupos de la presente edición de la Champions, el Inter de Milán es uno de los mejores clubes del Viejo Continente. Así las cosas, después de escalar hasta lo más alto de la tabla de la Serie A, confiaba en dar un paso de gigante hacia los cruces de un torneo que fue a parar a las vitrinas del Manchester City. Con motivo de la tercera cita del calendario, el cuadro de Simone Inzaghi recibía la visita del Red Bull Salzburgo.
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La puesta en escena de los visitantes sería muy atrevida, con las líneas adelantadas e incomodando la salida del cuero de su oponente con una presión incesante. De hecho, Yann Sommer, viejo conocido del Bayern Múnich, tendría que intervenir en los compases iniciales para evitar la diana del cotizado Oscar Gloukh. Por su parte, Lautaro Martínez se quedaría con la miel en los labios en el interior del área austriaca. Sin duda, el de Bahía Blanca está ofreciendo un nivel fabuloso. Rebasado el cuarto de hora de la batalla, el que abriría la lata sería un Alexis Sánchez que aprovecharía su titularidad al máximo (1 – 0).
A raíz del gol del chileno, los nerazzurri impondrían su estilo en el campo con el transcurso del encuentro. Es más, Amar Dedic realizaría una salvadora intercepción defensiva para impedir que el club lombardo ampliase su renta. Al volver del túnel de vestuarios, Gloukh nivelaría las fuerzas para satisfacción de su míster Gerhard Struber (1 – 1). Pese a ello, el Inter se llevaría el gato al agua merced al acierto de Hakan Çalhanoglu desde el punto fatídico (2 – 1). La diana de Lautaro no sería legal (decisión de VAR), pero los tres puntos se quedarían en el Giuseppe Meazza.
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