La enésima decepción de un Arsenal en caída libre

La FA Cup (este mismo fin de semana hay ronda) es el último clavo ardiendo al que debe agarrarse el Arsenal no solamente para ganar un título esta temporada. Fue la competición que propició que Arsène Wenger alargara su carrera en los banquillos, y ahora a los gunners les podría saber a gloria.

Eso sí, para nada es favorito. Porque la temporada está siendo nefasta para el conjunto londinense, que anoche consumaba la peor de sus pesadillas. Se vino de Grecia con un gran resultado (0-1) que dilapidaba en casa en 90 minutos en la Europa League. Los griegos empataron y volvieron a hacerlo cuando Pierre-Emerick Aubameyang había rescatado a los suyos en la prórroga.

Sin Europa, novenos en la Premier y lejos por tanto de plaza europea por esa vía (la Liga de Campeones ya es una quimera), el segundo proyecto post Wenger tiene todavía peor pinta que los cuestionados últimos años del preparador alsaciano. Unai Emery fracasó y el efecto Mikel Arteta ha sido fuegos de artificio.

A esto hay que sumar jugadores como Aubameyang o Mesut Özil con un futuro incierto, una defensa que hace aguas y hasta un buen portero como Bernd Leno que se empequeñece. Sin el brillo de antaño ni la capacidad competitiva de otros equipos ingleses como el Leicester City, el Arsenal sigue sin rumbo y con un horizonte preocupante.