Antonio Rüdiger demuestra que Erling Halaand es humano

Real Madrid y Manchester City protagonizaron uno de los mejores partidos (si no el mejor) de la presente edición de la Liga de Campeones. Sobre el césped del Santiago Bernabéu se veían las caras la escuadra que mejor compite con la que probablemente despliega un mejor juego. El campeón de Europa recibía en su estadio a un equipo, el de Pep Guardiola, que pese a lo sucedido el pasado curso llegaba con la vitola de favorito.

Uno de los grandes nombres propios a seguir era el de Erling Haaland. El gigante noruego, vinculado el pasado verano con el Real Madrid, finalmente terminó convirtiéndose en la incorporación estrella de un Manchester City en el que ni siquiera ha necesitado periodo de aclimatación para dejar bien a las claras su olfato de cara a puerta.

Autor de 51 goles y 8 asistencias en los 46 partidos oficiales que había disputado hasta la fecha, el atacante de 22 años llegaba con la intención de brillar en el que pudo ser su estadio y ser clave en el devenir de la eliminatoria. Sin embargo, pese a los vaticinios que le veían montado a lomos de un dragón como un miembro más de la casa Targaryen y destrozando el nuevo Bernabéu a base de goles de todos los colores, el ex del Borussia Dortmund pasó prácticamente de puntillas por el partido. En gran medida se debió a la excepcional labor de Antonio Rüdiger, en lo que fue su mejor partido desde que aterrizó en el Real Madrid el pasado verano desde el Chelsea.

Muy concentrado, atento, rápido cuando era necesario y firme cada vez que tenía que enfrentarse al delantero, el alemán minimizó a un Erling Haaland que apenas tocó 21 balones y disparó dos veces a puerta sin demasiado peligro. De este modo, el debate está ahora abierto acerca de sí debería ser nuevamente Antonio Rüdiger el que se encargue de cubrir al atacante del Manchester en el choque de la semana que viene en el Etihad.