El asunto del delantero se ensucia en Turín

La temporada de la Juventus de Turín, y ya no es noticia, volvió a ser muy decepcionante, clasificándose para la próxima edición de la Champions League en la última jornada de liga y cayendo en rondas tempranas en la Copa de Europa, por lo que este verano se planteaba como importante en la reconstrucción de un proyecto que ya acumula cinco años sin ganar la liga que dominó durante una década.

La primera decisión que se debió tomar fue seguramente la más importante de todas, la de renovar a un Igor Tudor del que algunos medios dicen en Italia que ha seguido en el cargo porque no se ha encontrado a un relevo mejor. En cualquier caso, afronta su primer curso desde el inicio como técnico juventino y sus primeros pasos en el Mundial de Clubes no han sido manos llegando a los cuartos de final.

Desde la crisis de los Agnelli, la situación económica de la Juventus roza la precariedad, sirviéndose de cesiones y jugadores que acaban contrato para tratar de conformar una plantilla competitiva, y su delantera también se ha visto resentida por este periodo de recesión y porque la apuesta a futuro en su momento, Dusan Vlahovic, solo es que haya salido mal, sino que es que puede ser regalada este verano.

Vlahovic está totalmente fuera

Con tan solo un año de contrato restante en su vinculación con la Juventus, se debe elegir entre sacar algo de dinero por él en esta ventana, o dejarle marchar gratis el siguiente junio. Normalmente, en este tipo de situaciones el montante que se recibe suele ser bajo, pero veinte millones resultan una cifra ínfima incluso teniendo en cuenta las circunstancias tan particulares del caso.

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Teniendo en cuenta que no se va a hacer caja por él, resulta aún más complicado ir a por un sustituto de garantías al mercado, ya que el precio que se esperaba obtener por un Kolo Muani que ha dado un gran nivel en su periodo cedido en Turín, al final es más caro de lo que se preveía porque el París Saint Germain le ha pasado en cincuenta millones de euros hace unos días.

Entre unas cosas y otras, en el norte de Italia se han encontrado con un jugador que les ha declarado la guerra, otro que está recluido en París y un último, Jonathan David, que sólo ha podido llegar del Lille porque acababa contrato y no ha costado ni un euro. Está claro que hubo tiempos mejores en la capital del Piamonte.