Llegado al sur de Italia para ocupar el gran hueco dejado por el central senegalés, la adaptación de Min-Jae al Nápoles ha sido inmediata. Un gran rendimiento que permite a los de Luciano Spalletti soñar por el Scudetto.
El fútbol es un gran estado de ánimo. Si bien en verano el Nápoles se esperaba un año de transición, la realidad es muy distinta. Tras las salidas de Lorenzo Insigne, Dries Mertens y David Ospina y las ventas de Fabián Ruiz y Kalidou Koulibaly parecía claro que los partenopeos vivirían un curso lejos de la lucha por el título.
Nada más lejos de la realidad. Los de Luciano Spalletti son uno de los mejores equipos de esta temporada y su nivel en Serie A y Liga de Campeones aún no ha sido igualado. Gran culpa de este hecho lo tiene el excelso nivel de Kim Min-Jae. El surcoreano llegó al Nápoles procedente del Fenerbahce, al igual que Elif Elmas.
Rey de la zaga
Como ha pasado con Khvicha Kvaratskhelia, Min-Jae ha tardado muy poco en hacer olvidar a su predecesor, en este caso Koulibaly. Con el africano en el Chelsea, la zaga azzurra quedaba huérfana. Pero la llegada del coreano (sumado al fichaje de Leo Ostigard), Spalletti está consiguiendo una defensa muy fuerte.
El asiático es, a sus 25 años, una de las grandes revelaciones del año. Jugador del mes de septiembre, las características de Min-Jae recuerdan a las del senegalés: duro en el choque, buen trato de balón y atrevido en ataque. Así las cosas, el coreano ya acumula 2 tantos en 15 partidos este curso.
Un rendimiento que no ha pasado desapercibido en el mercado de fichajes. Llegado desde Turquía por poco más de 18 M€, el futbolista ya ha sido vinculado con el Manchester United. Además, la cláusula de 45 M€ ejecutable a partir de verano de 2024 hacen del surcoreano una de las grandes oportunidades para mejorar la zaga.
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