Nueva actuación estelar del centrocampista británico, quien ha materializado un doblete y una asistencia para guiar a los blancos en su remontada en el sur de España. Una victoria que, además, redondearía un Vinícius que ha vuelto a hacer de las suyas por el extremo izquierdo.
Es un secreto a voces que el Real Madrid va a realizar un notable esfuerzo con el firme propósito de obtener una corona que posee el FC Barcelona en estos momentos. Sin duda, ese mano a mano (con permiso del Atlético de Madrid) se vaticina frenético en lo que alude a la consecución del entorchado doméstico en territorio nacional. En esta ocasión, los blancos eran conscientes de la exigencia de la prueba contra un Almería que pretende afianzarse en la élite de nuestro fútbol.
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Vicente Moreno se presentaría de entrada con un Luís Maximiano que sería el encargado de echar el cerrojo a sus dominios para frenar el poderío ofensivo de su rival. Para ello, contaría con la cooperación en la retaguardia de Marc Pubill, Chumi, Edgar González y Sergio Akieme. La sala de máquinas sería para Iddrisu Baba y Lucas Robertone, dando espacios a Largie Ramazani, Sergio Arribas y Adri Embarba. En punta de lanza, un ariete del nivel de Luis Suárez.
Por lo que respecta a la disposición táctica de Carlo Ancelotti, se decantaría por Andriy Lunin en detrimento de un Kepa que está llamado a asumir pronto la titularidad. En su línea de cuatro en la zaga, dispondría de Dani Carvajal, Antonio Rüdiger, David Alaba y Fran García. Asimismo, apuntalaría la parcela ancha con Aurélien Tchouaméni, Fede Valverde y Toni Kroos. Además, Jude Bellingham haría la labor de enganche con Rodrygo Goes y Vinícius.
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Poderío técnico y físico del Real Madrid
La puesta en escena de los andaluces sería espectacular, todo ello merced al acierto de un Arribas que haría efectiva la ley del ex al ser habilitado por Robertone (1 – 0). Tchouaméni, Vinícius y Valverde buscarían la reacción, si bien es cierto que el encargado de materializar las tablas sería un Bellingham que continúa de dulce con el coloso merengue (1 – 1). A partir de ese instante, el Real Madrid mejoraría considerablemente su imagen.
Sin ninguna duda, comenzaría a hacer méritos más que suficientes para llevarse el gato al agua. De todos modos, los rojiblancos pondrían en serios apuros a un Lunin que tendría que intervenir con frecuencia en el tramo decisivo de los primeros 45 minutos. Es más, el cancerbero ucraniano respondería a las mil maravillas ante la exigencia de las tropas de Moreno. Una cuestión que animaba a la hinchada local, consciente de la oportunidad de sacar tajada a costa del club de la capital.
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En las postrimerías del acto inaugural, la diana de Kroos no subiría al electrónico tras la revisión en el VAR. Al volver del túnel de vestuarios, Carvajal estaría imperial para frenar la asociación de Robertone con Ramazani. El paso de los minutos jugaba a favor de los de Carletto, principalmente porque estaban imponiendo su tremendo dominio físico. Bellingham anotaría su doblete después de un caramelo de Toni (1 – 2), al tiempo que una sutileza técnica de Vinícius certificaría la victoria del Real Madrid en el Estadio de los Juegos Mediterráneos (1 – 3).
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