Mason Mount quiere evitar el fenómeno One Year Wonder
Poco se sabe de Mason Mount desde aquella temporada brillante en el Chelsea en la que junto a una camada de jóvenes excitante ilusionó la parroquia de Stamford Bridge, y está incurriendo cada vez más en el riesgo de ser flor de un día.
El Chelsea de Frank Lampard, sin estar ni de lejos tan perfeccionado como el de Thomas Tuchel, que llegó a ser campeón de Europa, era muy divertido de ver para el aficionado neutral y removía algo en el hincha blue al conseguir entrar en Champions con tantos jóvenes de la cantera en una situación de adversidad después de que la marcha de Abramovic congelara las cuentas del club.
Entre esa camada de jóvenes entre los que se encontraban nombres como Reece James o Christian Pulisic, el jugador más destacado y que más conectaba con la grada era Mason Mount, un mediapunta adaptable a la banda que amenazaba en convertirse en una nueva suerte de Frank Lampard, pero que más allá de ese año en el que estuvo muy inspirado, no ha sido capaz de demostrar su nivel en la élite.
A su mejor nivel, Mount era capaz de dejar dos o tres rivales atrás entre el cuartos de campo y sobre todo armar el disparo con una velocidad y violencia que le hacía muy peligroso desde el balcón del área. Sus vídeos de highlights están copados de ese golpeo tan particular que parecía merecedor de una plaza en la selección inglesa de cara al futuro, pero que parece haberse quedado en flor de un día.
Tuvo que salir a un rival directo
Tanto es así que la joya de la corona de la cantera del Chelsea fue traspasada al Manchester United sin pudor alguno al desesperar a varios entrenadores con su bajo nivel, y en los diablos rojos, lejos de callar bocas, apenas ha tenido continuidad en el primer equipo, si bien es cierto que las lesiones han tenido mucho que ver en este mal tramo de su carrera.
Lo único a lo que le queda agarrarse a Mount es a que Rubén Amorim le ha dado su confianza en escenarios delicados como la final de la Europa League, alineándole por delante de jugadores que en ese momento estaban mejor, como un Alejandro Garnacho que no perdonó esa decisión y que ha forzado por un traspaso fuera de Manchester durante este mercado.
Mason Mount, a sus 26 años, debe trabajar más que nunca para intentar cumplir con las expectativas que generó en su irrupción en la élite si no quiere que se le coloque bajo la etiqueta del One Year Wonder, fenómeno que cobra por víctimas a muchos de los talentos surgidos de las categorías inferiores inglesas.
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