El conflicto que amenaza la estabilidad del Bayern Múnich

Desde la distancia, la actual situación del Bayern Múnich resulta casi idílica. Los bávaros caminan con paso firme en la Champions League y dominan una Bundesliga en la que, a falta de ocho jornadas para la conclusión, encabezan la tabla con cuatro puntos de distancia sobre el segundo clasificado, el RB Leipzig.

Pues bien, basta con acercar un poco la mirada para constatar que detrás de esa aparente tranquilidad se esconde un conflicto que podría terminar condicionando el futuro de la entidad. "No queremos que se intensifique este asunto familiar", ha admitido en estas últimas horas el director general del club, Karl Heinz Rummenigge.

Falta de entendimiento

El problema que amenaza la estabilidad muniquesa tiene como protagonistas a su técnico, el alemán Hansi Flick, y a su director deportivo, el bosnio Hasan Salihamidžić. Al parecer, el primero no está en absoluto conforme con la labor que viene realizando el segundo y así se lo ha hecho saber tanto en la última reunión mantenida como a través de las decisiones que toma cada fin de semana.

Sin ir más lejos, ante el VfB Stuttgart, en el último choque liguero, Flick apostó por David Alaba como recambio del ausente Joshua Kimmich. El preparador podría haber optado por Marc Roca, jugador fichado por el dirigente, pero prefirió decantarse por un futbolista que ya ha dejado claro que cambiará de aires en verano. Asimismo, para cubrir el hueco dejado por el austriaco en el eje de la zaga, el técnico escogió a Niklas Süle y no a otro de los fichajes de Salihamidžić, el francés Lucas Hernández.

Ya que ha dejado claro en estas últimas horas que desea cumplir el contrato que le vincula con su entrenador, parece claro que si no logra reconducir la relación entre ambos, la entidad deberá tomar alguna medida más drástica para evitar que el conflicto acabe por contaminar el vestuario.