Los Juegos Olímpicos siembran la inquietud en los grandes clubes

Desde el su nacimiento, y después con la voluntad lograda de Jules Rimet por hacer una Copa del Mundo, la FIFA y el Comité Olímpico Internacional han mantenido siempre tensiones indisimuladas, que se fueron limando con los años. Ahora las relaciones son buenas y hace ya bastantes olimpiadas que se llegó al acuerdo actual que beneficia a ambos: los Juegos los disputan jugadores sub’23 pero cada selección tiene un cupo de 3 jugadores que pueden exceder esa edad.

Mientras el COI consigue que el torneo de fútbol no sea un “Mundial paralelo” y la FIFA no ve devaluado su campeonato en los otros años pares, los que sufren ahora cada edición de los Juegos Olímpicos son los grandes clubes que ceden a sus estrellas, normalmente en plena pretemporada. Suele ser año de torneos continentales y esto limita que muchas figuras tengan el deseo de acudir a esta edición, pero este año vemos cómo algo ha cambiado.

Poco a poco en diferentes selecciones y escuadras empiezan a surgir filtraciones de figuras que quieren acudir. Sergio Ramos en España, Mohammed Salah con Egipto, Kylian Mbappé con Francia… Por ahora intenciones no confirmadas de manera firme, pero que van poniendo nerviosos a sus clubes cuando piensan en planificar el nuevo ejercicio.

Ya hemos visto casos similares en el pasado, como Lionel Messi en 2008 o Neymar en 2016, ambos logrando el Oro para Argentina o Brasil respectivamente (a la canarinha le faltaba ese título), no exentos igualmente de polémicas con sus clubes y técnicos. Así que se espera algo similar para este verano.

Particularmente damnificado podría quedar el Real Madrid si, a la baja de su capitán, se suman las fugas de hasta 4 jugadores que Brasil podría convocar, como afirmaba su seleccionador olímpico. Eder Militao, Vinicius Junior, Rodrygo o Reinier.