Tras fracasar en su intento de reclutarle durante el recién concluido mercado estival, el Valencia confía en poder cerrar el fichaje de Mauro Arambarri el verano que viene. Para entonces, el uruguayo se encontrará a solo un año de acabar contrato con el Getafe.
Aunque a última hora y no sin evidentes dificultades, el Valencia logró complacer casi todas las peticiones de José Bordalás. Durante las últimas jornadas del mercado de verano, los che cerraron la contratación del lateral diestro Dimitri Foulquier, el extremo Hélder Costa y los delanteros Hugo Duro y Marcos André. Todos ellos se sumaron a una lista en la que ya figuraban el meta Giorgi Mamardashvili y el central Omar Alderete.
Quien se quedó por el camino fue el anhelado mediocentro. Pese a la insistencia de su entrenador, la directiva no pudo completar el fichaje de Mauro Arambarri. El motivo, como casi siempre, económico. Aunque el jugador veía con buenos ojos la idea de aterrizar en Mestalla, el Getafe se aferró en todo momento a los 20 M€ de su cláusula de rescisión, cifra absolutamente inalcanzable para los de la capital del Turia.
Un escenario distinto en 2022
Pese a ello, los valencianos no se resignan. Según cuenta As, en el seno de la entidad creen que el verano que viene la situación resultará mucho más propicia y que será entonces cuando puedan cerrar su llegada. Para entonces, el uruguayo se encontrará a solo un año de finalizar su actual contrato (2023) y los madrileños no podrán mostrarse tan tajantes.
De momento, y a la espera de movimientos futuros, Bordalás tendrá que seguir tirando de los mediocentros que hay en su plantilla: Carlos Soler, Daniel Wass, Uros Racic y un Hugo Guillamón al que el alicantino ha apostado por reconvertir.
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