En su primera temporada en el Paris Saint Germain, Ousmane Dembélé está viviendo una situación diferente a la que tenía en el FC Barcelona, a todos los niveles. Un jugador de calidad indiscutible al que siempre acompañan algunas dudas complicadas de despejar.
Cuando venía de firmar su mejor temporada en el FC Barcelona (35 partidos, 8 goles y 9 asistencias), siendo clave en La Liga, se marchó casi por sorpresa. No tanta viendo su trayectoria deportiva y a tenor de las informaciones que trascendían desde el vestuario. Pero al menos dejó un buen dinero en las arcas.
Anárquico e impredecible tanto dentro como fuera del terreno de juego, Ousmane Dembéle es un jugador diferencial, desequilibrante pero que enamora y desespera a partes iguales. Un atacante capaz de desnivelar partidos, masacrado por las lesiones (lo que le ha costado una alarmante falta de regularidad). Pero complicado de encontrar. Los culés lo echaron de menos hasta la aparición de Lamine Yamal.
Una esperanza y una duda
Este curso acumula ya 31 partidos (1 gol y 10 asistencias) a las órdenes de Luis Enrique. Claramente le falta gol, algo que genera dudas pensando en la temporada que viene cuando Kylian Mbappé no esté. Pero sí que hay también otro motivo para la esperanza con este jugador en el Parque de los Príncipes, donde en menos de un mes recibirá a sus ex en Liga de Campeones. Guiños del destino.
Y es que no ha tenido ni una sola lesión en esta campaña con el equipo parisino. Algo que era una constante durante sus 6 temporadas en Can Barça. Acumulando alrededor de 20 encuentros perdidos en cada campaña, casi nada. Ahora es un jugador más regular pero al que le falta transformar ese dominio y sus grandes condiciones en goles. ¿Será el siguiente paso?
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