Arsenal: El negocio redondo que desestimó Arsene Wenger

A Arsene Wenger aún le escuece la marcha de Cesc Fábregas. Es cierto que han pasado tres años, pero resulta aún más evidente que el técnico galo no ha logrado digerir la fuga de un jugador al que crió y catapultó al primer plano del fútbol internacional y que, a la hora de la verdad, prefirió regresar al FC Barcelona antes que mantener su compromiso con el Arsenal.

Un ejemplo evidente del rencor del preparador francés lo encontramos hoy en el diario digital El Confidencial. Según este portal, durante el último mercado estival, el alsaciano desestimó una suculenta oferta del Bayern Múnich por Mesut Özil porque con el alemán dentro de la plantilla tenía la excusa perfecta para no acometer el fichaje del mediapunta español.

Aunque Pep Guardiola había instado a la directiva del club bávaro a hacer todo lo que estuviese en su mano para reclutar al exjugador del Real Madrid, la entidad se encontró con la firme oposición de un Wenger que era consciente de que aceptar la venta de Özil implicaba la casi obligatoriedad de reclutar a Fábregas, jugador al que el Barça había colgado el cartel de transferible.

Si analizamos el rendimiento de uno y otro futbolista y su precio, parece claro que el preparador galo terminó desestimando un negocio redondo por una simple cuestión de orgullo. «Cuando Fàbregas mire hacia atrás en su carrera verá que el Arsenal y yo mismo hemos tenido un impacto muy positivo para él. Cuando se fue, compramos a Özil como jugador ofensivo y tenemos a Cazorla, a Wilshere, a Ramsey, a Oxlade-Chamberlain... Es un gran jugador y una gran persona, es un jugador al que amo, pero una vez que nos deja, nos ha dejado. Somos profesionales y debemos aceptar eso», reconoció el propio Wenger este verano.