La actuación del cuadro catalán en el mercado de fichajes ha estado, sin duda, marcada por el técnico de Santpedor, quien se ha empeñado en mantener la estabilidad del bloque que ha cosechado numerosos éxitos en las dos últimas campañas.
«Me puedo equivocar pero aquí mando yo». Esta declaración, efectuada por Pep Guardiola hace unas semanas, ha sido el lema que ha movido la actuación del FC Barcelona en el recién concluido mercado estival.
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Según el diario Sport, la opinión del técnico culé ha marcado completamente los fichajes y descartes que ha realizado la entidad durante el verano y, de hecho, el preparador habría sido el casi único responsable de que dos jugadores de talla mundial como Mesut Özil y Robinho no recalasen en el Camp Nou.
El de Santpedor renunció al mediapunta alemán porque no quería restar protagonismo a dos de sus grandes estrellas, Leo Messi y Andrés Iniesta; mientras que el brasileño fue descartado porque su llegada iba a dejar con menos minutos a jugadores como Bojan, Pedro o David Villa.
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Por eso, y siempre atendiendo al mencionado rotativo, Pep decidió apostar por Adriano y Javier Mascherano, un par de futbolistas que asumen su condición de jugadores de segundo nivel dentro de la plantilla y que aportarán su granito de arena en los momentos de necesidad.
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