El delantero inglés fue uno de los fichajes estelares de los blues este verano. Un atacante de primer nivel que sin embargo se ha quedado un poco solo en su labor de ser el puntal ofensivo de la escuadra londinense.
El Chelsea dejaba salir el pasado verano a Romelu Lukaku de vuelta al Inter de Milán. También a Timo Werner que regresaba al RB Leipzig, dejando por tanto mermado el ataque de Thomas Tuchel, entrenador por aquel entonces del equipo. Y llegaron Pierre-Emerick Aubameyang al final del mes de agosto y Raheem Sterling antes.
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El cambio de propiedad del club poco antes del verano sin duda alguna marcaba los desempeños de sus dirigentes a la hora de realizar fichajes. De hecho vemos estos días en las informaciones que rodean a este club cómo se esperan cambios en esta escuadra más adelante, una vez asentada la nueva propiedad.
Un goleador que no basta
Arrancaba el inglés muy bien el curso, pero se ha quedado algo estancado con 4 goles en 10 encuentros hasta la fecha. Tampoco el gabonés ha terminado de marcar las diferencias y por ese motivo hay dudas, y muchas especulaciones sobre la necesidad de que llegue otro delantero en alguna de las siguientes ventanas del mercado.
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El británico, revisando números, lograba hace dos años su mejor registro con 31 tantos para el Manchester City. Tiene gol pero no es un goleador puro y por tanto la excesiva dependencia del Chelsea de su efectividad puede lastrar al equipo. Veremos.
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