Pese a seguir viviendo un calvario por culpa de las lesiones, el extremo que pertenece al Real Madrid está intentando reivindicarse en el club donde dio el salto a la élite del deporte rey.
El papel de Gareth Bale (31 años), a préstamo por el Real Madrid, está siendo bastante secundario en el Tottenham Hotspur como consecuencia de los problemas físicos que lleva arrastrando prácticamente desde el arranque de su trayectoria como profesional. Sin embargo, dejando a un lado la lacra de las lesiones, es evidente que se ha ganado el derecho a ser incluido como una pieza fundamental en los éxitos más recientes en la historia de los blancos.
Además, puede ser considerado como el hijo pródigo de unos Spurs que se quedaron con la miel en los labios en aquella final de la Liga de Campeones 2018-2019. Después de ser atizado en sala de prensa por su míster José Mourinho, cuyo puesto podría correr serio peligro en el banquillo de los londinenses, parece que ha aceptado el desafío para dar ese paso al frente tan necesario en el Tottenham.
El apoyo de su hinchada
De acuerdo a lo que destaca el diario As, el internacional con Gales cuenta con el beneplácito de su exigente afición con la finalidad de que disponga de un mayor número de minutos bajo la tutela de Mourinho. Tras ofrecer una magnífica versión ante el Wolfsberger en la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League, también completó una notable actuación en el choque de la Premier League contra el West Ham United.
No cabe duda que los referentes de la parcela ofensiva del Tottenham continúan siendo Harry Kane (27 años) y Heung-min Son (28 años), si bien es cierto que Bale puede ser un recurso de múltiples quilates para completar un tridente de ensueño en la capital británica. Todo ello, además, con su futuro más inmediato todavía en el aire con vistas a la ventana de transferencias del verano de 2021.
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