El broche de oro del carrusel de compromisos de la jornada dominical iba a suscitar el interés de los aficionados de esta disciplina en los numerosos rincones del planeta. Por un lado, entraba en escena uno de los transatlánticos por excelencia de la Serie A, competición que ha adquirido un impulso tremendo a lo largo de los últimos años. De ahí que el AC Milan quiera volver a ser determinante en un trofeo que conquistó en 2022.
Ahora, de la mano del experimentado Massimiliano Allegri, el siete veces ganador de la Liga de Campeones estaba preparado para dar un golpe encima de la mesa. Una cuestión primordial para sus intereses, dado que sus dirigentes están metidos de lleno en un proceso de reconstrucción. Por el otro costado, contaríamos con el privilegio de disfrutar del flamante campeón del Scudetto. Un Nápoles que lleva tiempo rindiendo a gran nivel.
Es más, la entidad que preside Aurelio De Laurentiis está encantada con el trabajo realizado por uno de los técnicos más destacados en la élite. A saber, un Antonio Conte que fue cortejado en su momento por el cuadro lombardo. Así las cosas, se aguardaba un envite muy interesante entre estos dos colosos. Los rossoneri golpearían en primera instancia con los zarpazos de Alexis Saelemaekers y Christian Pulisic, pero se quedarían en inferioridad numérica por la expulsión de Pervis Estupiñán. Kevin De Bruyne recortaría distancias -de penalti-, aunque el Milan resistiría para vencer en San Siro.
Así está la clasificación de la Serie A.
Así está la clasificación de máximos goleadores de la Serie A.