Anoche, tras ser susituitdo tan sólo 12 minutos después de anotar desde el punto de penalti el tanto que recortaba distancias ante el AC Milan, el belga Kevin de Bruyne (34 años) enfiló el camino del banquillo visiblemente enojado y se negó a estrecharle la mano a su técnico, el italiano Antonio Conte.
En la rueda de prensa posterior al duelo, saldado con derrota por 2-1, el preparador fue cuestionado por este incidente y, fiel a su estilo, no dudó en enviar una advertencia a su pupilo. "Espero que estuviera molesto por el resultado. Porque si estaba molesto por otras cosas, se equivocó de persona", espetó. El centrocampista aterrizó en el cuadro partenopeo este verano tras poner punto y final a su etapa en el Manchester City.
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