El fichaje que el Real Madrid negó a Xabi Alonso

Anoche, el Real Madrid volvió a tropezar con la misma piedra. Tras sus empates a domicilio ante Rayo Vallecano y Elche, el cuadro blanco cosechó una nueva igualada en su visita al campo del Girona. Aunque es cierto que contaron con opciones de sobra para decantar el resultado a su favor, la realidad es que el marcador final reflejó un 1-1 que les deja sin liderato.

El duelo volvió a evidenciar que la escuadra echa mucho de menos a un jugador que pueda aportar criterio desde la medular. Futbolistas como Aurélien Tchouaméni, Eduardo Camavinga o Fede Valverde insuflan músculo e intensidad, pero ninguno dispone de la clarividencia y toque que, en su momento, derrochaban el alemán Toni Kroos y el croata Luka Modric.

El anhelado

En verano, el nuevo técnico del combinado capitalino, el tolosarra Xabi Alonso, ya detectó el problema, pero la directiva decidió mirar para otro lado. El guipuzcoano, consciente de que su escuadra podía acusar el déficit de talento en la sala de máquinas, solicitó el fichaje de Martín Zubimendi, pero los mandatarios se negaron a tirar de talonario. "El club dejó claro a Xabi Alonso que no se iba a hacer ningún esfuerzo por reforzar el centro del campo porque consideraban que lo que había tenía que ser suficiente. La apuesta del Real Madrid en los últimos años para renovar a la histórica y tan anhelada CMK fue fichar a futbolistas como Tchouaméni, Camavinga, Bellingham o Güler, los cuales se unían a Valverde o Ceballos. La inversión en todos ellos fue considerable, por lo que desde Valdebebas se hizo saber al donostiarra que no se iban a pagar los cerca de 70 millones de euros que terminaron pagando los londinenses por el internacional español", explica con detalle OK Diario.

Alonso aceptó la imposición del club y desde entonces viene trabajando con la idea de sacar el máximo partido a los medios que ya tiene. Sin embargo, el esfuerzo no está dando los frutos esperados. De hecho, en la planta noble son muchas las voces que asumen que, a día de hoy, el equipo no es capaz ni de mostrar una cara reconocible ni de reaccionar cuando las cosas se complican. El miércoles, ante el Athletic Club, nueva prueba de fuego.