Liga de Campeones | Un Real Madrid irreconocible salva un punto sobre la bocina

Partido de difícil digestión en Polonia. El Real Madrid se enfrentaba al Shakhtar con la clasificación ya en el bolsillo merced a las tres victorias en las primeras jornadas de esta fase de grupos. El cuadro merengue volvía a verse las caras con los ucranianos apenas unos días después de hacerlo en el Santiago Bernabéu con motivo de un partido en el que tuvo la oportunidad de golear pero finalmente terminó con una victoria pírrica.

No jugó hoy el campeón de Europa de un modo tan fluido como la semana pasada. El equipo se mostraba plomizo y no había demasiada fluidez en ataque. La falta de tensión era evidente debido a la falta de urgencia por parte de una escuadra visitante más pendiente de otros menesteres que de lo qué ocurría sobre el césped.

Un Real Madrid sin tensión

Ya sea de forma consciente o inconsciente, el choque del próximo fin de semana ante el FC Barcelona estaba en la mente de los jugadores del Real Madrid. También del propio Carlo Ancelotti, que decidió dar descanso a algunas de sus piezas más importantes como el brasileño Vinicius, mejor futbolista del cuadro de Chamartín en este inicio de curso y que hoy no era de la partida para descansar.

Así, después de una primera mitad en la que las ocasiones brillaron por su ausencia y el juego iba un par de marchas por debajo de lo esperado, el Shakhtar abrió el marcador cuando todavía no se había alcanzado el segundo minuto de la reanudación. Zubkov era el autor del tanto que ponía el 1-0 y provocaba un notable cabreo en Carlo Ancelotti.

Tanto es así que el italiano no tardó en reaccionar y decidió meter al campo a Luka Modric y Vinicius para arreglar el desaguisado. Era el minuto 56 cuando ambos comparecían en el césped. ¿El objetivo? Cambiar el aspecto de un equipo que estaba dejando muy malas sensaciones, más debido a la indolencia que a la falta de acierto.

Un empate sobre la bocina

El cambio de piezas provocó un acelerón por parte merengue, que se hizo con el control del esférico. Los de Ancelotti comenzaban a recuperar el balón más arriba y metían al cuadro ucraniano en su propio área. Sin embargo, la gran ocasión estuvo en las botas de Traoré, que tras llevarse el balón a trancas y barrancas frente a Lunin disparaba por encima del larguero. Era el minuto 64. El propio portero sacaba otra clara ocasión local para hacer el 2-0 apenas tres minutos después.

El entrenador del Real Madrid se desquiciaba desde la banda y apostaba por tres nuevos jugadores dando entrada a Marco Asensio, Eduardo Camavinga y David Alaba. El enfado del italiano era evidente debido al pobre espectáculo del que estaba siendo testigo. El Real Madrid seguía sin generar ocasiones de peligro y el Shakhtar se encontraba cada vez más cómodo e incluso se atrevía a contragolpear aprovechando la ausencia de Tchouaméni, uno de los elegidos por el entrenador para abandonar el campo.

Los minutos pasaban y la primera derrota de la temporada estaba cada vez más cerca del Real Madrid. Atrás parecía quedar una racha de 12 partidos invicto con 11 victorias y únicamente un empate hasta la fecha. El campeón de Europa era incapaz de anotar al menos un tanto para no consumar el petardazo. Sin embargo, cuando ya nadie daba un euro por el empate, apareció Antonio Rüdiger. El central germano remataba de cabeza una asistencia de Toni Kroos en el minuot 95 para igualar el envite y cerrarlo con 1-1. Pese al empate, así como la consiguiente clasificación para octavos de final, el partido debe ser un claro toque de atención para los blancos de cara a lo que viene por delante.