Noni Madueke… ¿para qué?

El Arsenal ha firmado una temporada 2024-2025 notable en Champions League, cayendo eliminado en las semifinales contra el campeón, pero algo decepcionante en la Premier League, ya que con él tremendo bajón de nivel del Manchester City se veía esta como la oportunidad de levantar el trofeo tantos años después y ha sido el Liverpool el que lo ha acabado consiguiendo.

De esta manera, en el mercado de fichajes en el que nos encontramos inmersos la directiva londinense está convencida de reforzar la plantilla al máximo para ser candidatos a todo por fin, y tras dejar apalabrada su máxima prioridad, como era hacerse con Viktor Gyokeres, se han gastado otros 50 millones de euros por incorporar a Noni Madueke, un gasto innecesario teniendo en cuenta las características del plantel.

Madueke ha demostrado en el Chelsea que su rendimiento es ostensiblemente peor jugando en la banda izquierda que cuando lo hacen la banda derecha, y en ese perfil el Arsenal cuenta con su capitán y jugador franquicia, un Bukayo Saka al que no va a sentar el joven inglés en ninguno de los casos, pero es que ni siquiera tiene garantizado ser su suplente, porque Nwaneri ha demostrado merecerse minutos cuando falta Saka.

Nwaneri es un crack mundial

Y es que no estamos hablando de un canterano cualquiera, Ethan es el jugador más joven en marcar con la camiseta de los gunners en Premier League, y probablemente la mayor aparición de su fábrica de talentos desde la de Jack Wilshere. Un elegido que juega con una madurez impropia de su edad y que tiene una facilidad pasmosa para generar cifras en el último tercio del campo contrario.

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Si bien es cierto que en la banda izquierda Gabriel Martinelli necesita competencia para sacar su mejor versión, Leandro Trossard no era una mala opción y en cualquier caso esa diagonal tan característica de Madueke, mediante la que desequilibra dejando atrás rivales como si no costara, no la puede tirar en esa ubicación y sus prestaciones se reducen considerablemente ya que no es precisamente certero con sus centros a pierna natural.

Si con las incorporaciones de Martín Zubimendi y Viktor Gyokeres, Andrea Berta había abordado lo que necesitaba la entidad, en esta ocasión parece haberse precipitado invirtiendo una cantidad de dinero ingente en una posición más que bien cubierta. Una decisión que no se entiende por más vueltas que se le den.