Liga | El FC Barcelona y Messi vuelven a sonreír en La Catedral

Por Rafael Castro
2 min.
Los jugadores del FC Barcelona celebran un tanto @Maxppp

Gran partido del delantero argentino, secundado por Pedri y Ousmane Dembélé. El plan de Ronald Koeman funcionó ante un Marcelino que tiene bastante trabajo por delante.

La nefasta temporada pasada del FC Barcelona comenzaba a mediados de agosto en San Mamés, con aquella obra de arte de Aritz Aduriz que a la postre sería su último gol como profesional. Después vendría otra visita para el olvido culé en enero en la Copa del Rey. Y hoy retornaban los de Ronald Koeman, sin público en este caso y con nuevo entrenador en las filas del Athletic Club.

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Y comenzaba bien el equipo de Marcelino García Toral, con el gol de Iñaki Williams en el 3', a la contra tras un robo en el centro del campo. Diana con el sello del entrenador asturiano, que sabe lo que quiere de sus equipos. Pero, lamentablemente para los locales, le dio para poco más porque los visitantes pasaron rápidamente a dominar el partido. Con un Ousmane Dembélé especialmente activo por banda derecha, que se sumaba a la baja de Yuri por lesión en ese costado.

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Aunque el primer gol vino especialmente por un error de Unai Simón. Midió mal el portero vasco en su salida a un centro de Lionel Messi, que Frenkie De Jong (activo como en Huesca) cazó para dejar a Pedri un pase que el canario cabeceó sin oposición en el 14'. Una diana que tranquilizó a los catalanes, que lograron de nuevo exhibir un buen fútbol con la conexión entre este centrocampista y Lionel Messi especialmente, ya que entre ambos firmaron el siguiente gol en el 38', una diana que rellenará informativos mañana.

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Además de la victoria parcial las sensaciones eran buenas al descanso para los azulgranas. El juego ofensivo era fluido, Dembélé estaba activo, hasta Griezmann parecía encajar... Todo ello ante un equipo vasco que dejó de ser fiable en defensa y que estuvo especialmente espeso en ataque, con arreones infructuosos y poca claridad. Eso ante un FC Barcelona que perdió algo de pelota en la segunda parte.

En ese acto de nuevo vimos la versión de Lionel Messi que hace tiempo que no asomaba. Un jugador feliz en el campo, de nuevo activo y con bastante peligro. Se le anuló un gol, encontró la madera en otro disparo y marcó el tercero en el 62', diana que parecía dar el choque por cerrado. Aunque el propio argentino ayudó a abrirlo con una pérdida en el descuento que acabó en el segundo gol rojiblanco, tras un gran disparo de Iker Muniain.

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