El delantero francés se ha convertido en revulsivo inesperado en el tramo inicial de la temporada, despertando un debate sobre su futuro.
El FC Barcelona vive una situación financiera sumamente delicada que la pandemia ha agravado y además se encuentra en medio de un proceso electoral que debe culminar en dos meses, a finales de enero. Los culés están por tanto en tiempos convulsos ahora mismo, de manera que hay muchas dudas con respecto a lo que pueda suceder para el siguiente proyecto.
Y es que las necesidades económicas del equipo catalán son patentes. Por eso algunos medios ya han especulado con la posibilidad de que los azulgranas se vean obligados a vender a alguna de sus figuras a fin de equilibrar las cuentas, y uno de los nombres que aparecen en algunas quinielas es el de Ousmane Dembélé.
Un dilema conocido
El francés de 23 años fue el fichaje estrella del club en 2017 para paliar la marcha de Neymar. Su calidad, incuestionable, pero las lesiones le han impedido tener continuidad. Ahora suma 3 goles y 1 asistencia en 9 partidos, ha firmado un gran inicio de curso pese a los rumores de que podría salir. Pero tiene contrato hasta 2022 solamente.
Por tanto esta temporada será clave para convencer de que puede seguir y tener un sitio en el futuro. Aunque también podría revalorizarse algo (dentro de lo que las circunstancias permitan), o bien se pueda sellar una venta en 2021 porque sea la última gran ocasión para hacer negocio con él. El dilema sigue y seguirá presente.
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