Siempre pendiente de los jóvenes talentos que se abren paso en el fútbol europeo, el preparador galo va a intensificar el seguimiento sobre un futbolista cuyo apodo habla alto y claro de su enorme calidad.
En la campaña 2008-2009, el Palermo, un club especializado en detectar talento sudamericano, decidió apostar por una de las grandes promesas del fútbol uruguayo, el atacante Abel Hernández (20 años).
El jugador, conocido por el llamativo apodo de La Joya, apenas acumulaba 8 encuentros con Peñarol, pero sus innatas cualidades parecían garantizarle un futuro prometedor en el continente europeo.
Tras un primer año de adaptación al rocoso Calcio en el que apenas disputó 6 partidos de Serie A, el ariete adquirió mayor confianza y cerró una segunda campaña esperanzadora (21 partidos, 7 tantos). En el presente curso, el charrúa es ya titular y su nombre comienza a adquirir cierto prestigio entre los clubes poderosos del continente.
Y de todas las miradas que concita, hay una que resulta especialmente insistente, la de Arsene Wenger. Según indica la prensa siciliana, el preparador galo va a intensificar su seguimiento sobre el futbolista esta temporada con el objetivo de convertirle en uno de los refuerzos del Arsenal para la 2011-2012.
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