Confirmado el tropiezo (otro más) de la Juventus de Turín durante el pasado sábado, el AC Milan pretendía asaltar la segunda posición en la Serie A. Un Scudetto que, de seguir así, apunta a ser conquistado por un Inter de Milán que ha impuesto un verdadero ritmo de crucero para tomar el testigo del Nápoles en el palmarés del torneo. En cuanto a las tropas dirigidas por Stefano Pioli, asimilaban la gran oportunidad que tenían por delante en el campo del AC Monza.
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La igualdad sería la tónica predominante durante buena parte del choque, destacando las incursiones de Andrea Carboni, Samuele Birindelli, Milan Djuric y Valentín Carboni en el bando local. En cuanto a los rossoneri, harían lo propio con Luka Jovic, Theo Hernández, Ismaël Bennacer, Samu Chukwueze y Alessandro Florenzi. Sin embargo, la precisión y la puntería no estaban haciendo acto de presencia en el Estadio Brianteo.
Raffaele Palladino daría entrada a Alessandro Sorrentino bajo palos en detrimento del lesionado Michele Di Gregorio, mientras que su equipo tomaría la delantera con el acierto de Matteo Pessina (1 – 0, de penalti) y Dany Mota (2 – 0). Pese a la expulsión de Jovic, el AC Milan se metería en el partido en inferioridad numérica con la diana de Olivier Giroud (2 – 1). Christian Pulisic nivelaría las fuerzas en un ejercicio de supervivencia (2 – 2), aunque sería en vano por los zarpazos a última hora de Warren Bondo (3 – 2) y Lorenzo Colombo (4 – 2).
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