Europa League | La primera sonrisa del Celta de Vigo
Primera victoria de la temporada para el Celta de Vigo. Tras un nefasto arranque de curso, los olívicos han logrado romper su penosa racha en la segunda jornada de la liguilla de la Europa League. Los de Claudio Giráldez han derrotado al PAOK griego por 3-1, con goles de Iago Aspas, Borja Iglesias y Williot Swedberg,

Inmerso en una preocupante racha de juego y resultados, el Celta de Vigo se medía hoy al PAOK con la idea de obtener algo más que tres puntos en esta fase liguilla de la Europa League. Para los olívicos, que encaraban la contienda sin haber ganado ni un solo encuentro este curso, se antojaba vital obtener una victoria que les permitiese cortar su nefasta racha y mirar al futuro con mayor optimismo.
Acorde a lo esperado, los locales salieron dispuestos a llevar la voz cantante. Aunque a su juego le sigue faltando fluidez y una cierta dosis de talento, lo cierto es que la escuadra viguesa logró su objetivo de ejercer un dominio claro y generó ocasiones más que suficientes para haberse puesto por delante en el marcador. Pero como en el fútbol lo de malas rachas pesa mucho, tras un error infantil en la salida de balón, el rival se topó con su primera oportunidad para hacer daño y, en un santiamén, firmó el 0-1, obra de Georgios Giakoumakis (minuto 37).
Afortunadamente, los gallegos encajaron el golpe con dignidad y reaccionaron antes de que la gruesa capa de tristura que ya bajaba desde el cielo pudiese instalarse en Balaídos. En el 47, justo antes de que el colegiado decretase el descanso, el equipo realizó un nuevo esfuerzo por pisar área con criterio y, esta vez sí, la buena jugada encontró premio con el certero cabezazo final de, en efecto, justo ese en el que están pensando, el incombustible Iago Aspas. Significativo.
El paso por la caseta nos devolvió un partido casi idéntico. De hecho, lo único que cambió fue que, a diferencia de lo ocurrido en el primer acto, el Celta encontró con una cierta rapidez la recompensa a su buena predisposición. En concreto, fueron escasamente ocho los minutos que tuvieron que transcurrir para que Borja Iglesias aprovechase un rechace de Jiri Pavlenka y subiese el 2-1 al luminoso. Visto lo visto, un marcador más que justo.
Williot Swedberg firma la sentencia
El PAOK, que hasta entonces se había dedicado a sacar provecho de un equipo con la flecha hacia abajo, se vio obligado a dar un paso adelante y el partido entró entonces en una fase de ida y vuelta que resultó un regalo para los locales. Con espacio para correr, los de Claudio Giráldez recuperaron su versión más dinámica y alegre y sentenciaron el duelo con cierta facilidad. El tanto, validado por el VAR, llevó la firma de Williot Swedberg, quien hasta ese momento había corrido por el verde con cara de quien está enfurruñado porque no le salen las cosas como le gustaría (71'). Menuda liberación.
El 3-1 final representa mucho más que tres puntos, supone el fin de un tiempo oscuro para un equipo que empezaba a ver la victoria como una auténtica quimera. Ahora, queda por ver si es capaz de subirse a esta ola, renacer en Liga y seguir creciendo en una Europa League que, en tres semanas, traerá al competitivo Niza a Balaídos.
Así queda la clasificación de esta fase de liguilla de la Europa League.
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