FC Barcelona | Un caníbal llamado Robert Lewandowski

Su incorporación al FC Barcelona parecía una utopía. La situación económica de la entidad de la ciudad condal dejaba mucho que desear y el pesimismo se había instalado en los distintos sectores del club, incluida una afición que venía de vivir una temporada complicada pese a la llegada de Xavi Hernández al banquillo.

Sin embargo, Joan Laporta vio una oportunidad y la aprovechó para dar uno de los golpes del verano y cerrar el fichaje de Robert Lewandowski. El delantero polaco de 34 años estaba cansado de marcar siempre a los mismo equipos en la Bundesliga, consideraba que su ciclo en Alemania había concluido y se moría por vivir el desafío que suponía jugar en España. Brillar en nuestro país, pensaba, podría ser el espaldarazo definitivo para hacerse con un Balón de Oro que le había sido esquivo en las últimas temporadas pese a su extraordinario rendimiento.

Robert Lewandowski, una apuesta segura

Aunque tuvo que tirar de chequera pagando 50 M€ al Bayern Múnich y firmando un contrato por cuatro temporadas y un total de 52 M€ netos (unos 104 M€ brutos). Sin duda, una apuesta realmente complicada para un jugador que de este modo tendrá vinculación hasta que prácticamente haya alcanzado las 38 primaveras.

Sin embargo, por el momento la apuesta está resultado ganadora. Y es que el de Varsovia ha arrancado la temporada como un disparo. Al ariete le rebosan los goles de los bolsillos. Marcar le es tan natural como a otros lavarse los dientes o ponerse unos calcetines. Aparece por el área y parece tener escondido un gps que le dice donde situarse para que le caiga el balón y empujarlo en la portería. Pero no solo es solo. También es capaz de construir, encontrar el hueco perfecto para asistir a sus compañeros, aguantar la pelota para encontrar superioridades o sacarse un disparo seco y certero desde la frontal cuando la ocasión lo precisa.

Idilio con el gol

En los 5 partidos oficiales que ha disputado hasta la fecha los guardametas rivales ya han sacado el balón de su portería en 8 oportunidades. Plenamente adaptado al sistema culé pese a ser un recién llegado, el que también fuera futbolista del Borussia Dortmund parece que lleva jugando toda la vida en la ciudad condal. Desde su desembarco, tan solo necesita 55 minutos para ver puerta.

Hasta la fecha, el Rayo Vallecano ha sido el único equipo capaz de frenar al prolífico delantero a cuyos hombros galopa ahora el FC Barcelona. Dos goles a la Real Sociedad, dos a la Real Sociedad, uno al Real Valladolid en Liga, y tres al Viktoria Pilsen en Liga de Campeones son su carta de presentación hasta ahora. Casi nada.