Europa League | El Real Betis tira de oficio para superar a un combativo Ludogorets

Invicto desde el pasado 9 de agosto, fecha en la que cayó ante el Dinamo Zagreb en la fase previa de la Champions League, el Ludogorets aterrizaba hoy en el Benito Villamarín con la idea de dar un nueva sorpresa. Los búlgaros, que ya superaron a la AS Roma en su estreno en la competición (2-1), tenían por delante el reto de mantener su racha y doblegar a un Real Betis que viene firmando un más que interesante comienzo de curso y que ya tiró de solvencia para superar al HJK Helsinki en la jornada inaugural.

Conscientes de ello y de que, por tanto, su rival tiene ahora mismo más nivel que nombre, los verdiblancos se tomaron el partido muy en serio y firmaron un inicio muy interesante que, eso sí, no acabó de traducirse en ocasiones claras. Quizá por eso, por no sentirse muy intimidados, los visitantes tardaron poco en sacudirse ese dominio inicial y en empezar a trazar ataques veloces que durante todo el primer acto resultaron un tormento para la defensa andaluza.

El paso al frente de los de Ante Simundza acabó resultando favorable para el Betis. De hecho, justo cuando parecía que el choque podía complicarse, el cuadro local aprovechó los espacios concedidos para montar un ataque rápido y firmar una jugada en la que, tras dos excelentes paradas de Sergio Padt, fue el brasileño Luiz Henrique el que acabó enviando el balón a la red con un poco académico pero eficaz cabezazo (25').

Lejos de conformarse, el cuadro de Heliópolis mantuvo el acelerador apretado y, tras una buena parada de Claudio Bravo a remate de Cauli, volvió a encontrar premio en el 39. El gol, golazo, llevó la firma del incombustible Joaquín, quien dibujó un disparo desde la frontal ante el que nada pudo hacer el meta visitante.

TRE-MEN-DO 😳😳@joaquinarte, eres ETERNO.#UEL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/J1z1az43xr

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Tirando de objetividad, el 2-0 se antojaba algo excesivo para los méritos de unos y otros. Por eso, ni mucho menos resultó extraño que, justo antes del descanso, el Ludogorets lograse recortar distancias con un disparo de falta de Kiril Despodov que Bravo no acertó a despejar a tiempo y que la tecnología de gol dio como válido tras certificar que el balón había rebasado completamente la línea.

Intercambio de golpes con saldo favorable para el Betis

El paso por vestuarios apenas modificó el guion del partido. El cuadro local asumió que no podía relajarse y se mantuvo firme en su idea de mantener un ritmo alto y de vivir el mayor tiempo posible en campo contrario. El visitante, por su parte, tampoco cambió de plan y siguió buscando las cosquillas de la zaga española con sus rápidas transiciones.

Con este panorama, parecía claro que la suerte del partido iba a depender, y mucho, de quién fuese capaz de acertar antes con la portería rival. Y aunque fue el Ludogorets quien lo probó primero, la balanza acabó cayendo del lado del Betis, gracias a un disparo cruzado de Sergio Canales que Padt se tragó de una forma bastante lastimosa ante el cierto estupor de sus compañeros (59'). El cántabro, por cierto, se acordó del lesionado Juanmi en su celebración.

La dedicatoria de @SergioCanales para @juanmi9395 💚🤍#LaCasaDelFútbol #UEL pic.twitter.com/9EwBsiE88M

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Con un 3-1 en contra y aún media hora por delante, quedaba por ver si el combinado búlgaro iba a ser capaz de mantener su ánimo o si, por el contrario, iba a bajar los brazos y rendirse ante un rival que, sin ser tan superior en el juego, sí se había mostrado más eficaz. Pues bien, la duda quedó resuelta casi al instante, ya que el equipo de Razgrad no bajó el pistón y mantuvo una voluntad ofensiva que le permitió volver a recortar distancias en el 74. El tanto, obra de Rick, contó también con una cierta colaboración de Bravo, quien no reaccionó a su debido tiempo al disparo lejano.

Afortunadamente para los verdiblancos, los visitantes no fueron capaces de dar un último paso y el partido alcanzó su final con un 3-2 que permite a los de Manuel Pellegrini estirar su racha de buenos resultados y mantenerse al frente de un grupo en el que la AS Roma, próximo rival de los sevillanos, volvió a reengancharse a la pelea tras superar al HJK Helsinki.